La Revista Musical Chilena ha identificado como sus principales áreas de interés, la cultura musical de Chile, considerando tanto los aspectos musicales propiamente tales, como el marco histórico y sociocultural, desde la perspectiva de la musicología y de otras disciplinas relacionadas. Incorpora contenidos vinculados a compositores, ejecutantes e instrumentos de la música de arte, folclórica, popular urbana e indígena, al igual que artículos atinentes a manuscritos, investigadores, aspectos teóricos y modelos musicológicos, además de nuevos enfoques de la musicología como disciplina, tanto en Chile como en América Latina.
Chilenismos
CHANCHO EN PIEDRA: Según los especialistas, en la etimología de las palabras y expresiones criollas, se habría producido una alteración con la palabra "chancho". En sus orígenes, la expresión habría sido "chanco en piedra", en atención a que el tomate que se emplea en su preparación se chanca o tritura junto a los otros ingredientes, como la cebolla y los aliños, en una piedra especialmente tallada para este efecto. Con este nombre se conoce el tradicional preparado de tomate, cebolla, perejil y ají, que acompaña a la mayor parte de los guisos campesinos, como los porotos granados, las humitas y todas las variedades de carne.
COMO CHALECO DE MONO: Dejar a una persona como "chaleco de mono" es dejarla estropeada, hacerle pasar una vergüenza, desacreditarla y menospreciarla. Está expresión encuentra su origen en la vestimenta que caracterizaba a los monitos que posaban sobre las espaldas de los organilleros que recorrían las calles de los barrios populares. Estos monitos, por lo general, usaban una pollerita y un chaleco viejo, raído y desastroso. A partir de esa identificación se comenzó a usar el "chaleco de mono" como término peyorativo.
CORTAR LAS HUINCHAS: Esta expresión se utiliza para referirse a alguien que tiene muchísimas ganas de hacer algo. La historia de este dicho está ligada a la hípica. Según el investigador del folklore cívico, Ángel Arias, "estoy que corto las huinchas" recuerda los tiempos en que los hipódromos no contaban con partidores automáticos. En algunas pistas, los jinetes montados en los animales esperaban tras las huincha la orden de partida. Al momento de la largada, esa huincha se soltaba, caía al suelo y los caballos iniciaban la prueba. Quienes conocen los entretelones de una competencia hípica han podido comprobar que, en los momentos previos al inicio de la competencia, los corceles se muestran inquietos y los jinetes deben hacer grandes esfuerzos para sujetarlos. En esas oportunidades, se empezó a decir que los caballos "estaban que cortaban las huinchas para partir".
CURADO COMO TENCA: Las tencas son unos pájaros que habitan algunas regiones de Argentina y Chile, y que tienen cierto parecido con las alondras. Se caracterizan por ser muy cantoras, asociadas con el jolgorio, el bullicio y la alegría. Por eso, cuando los borrachos se muestran joviales y se inspiran majadera y torpemente con la música, se dice que andan "curados como tencas".
EMBORRACHAR LA PERDIZ: Este dicho proviene de la rutina de los cazadores de perdices, quienes para poder capturarlas corrían en círculos alrededor de ellas con el fin de marearlas. En la vida cotidiana, el término se usa mucho cuando alguien habla demasiado y logra "marear" a la otra persona.
ENFERMO DEL CHAPE: La expresión "está enfermo del chape" se usa cuando alguien tiene ideas raras y un poco locas, o bien, cuando alguien definitivamente presenta alteraciones mentales. El término proviene de la voz mapuche y "el chape" era la trenza única y larga que usaban los indígenas en el pelo como signo de autoridad y respeto. Así, "chapecar" es sinónimo de trenzar una cabellera y "hacerse los chapes" es peinarse con trenzas. A su vez, los criollos usaron el término "chape" para referirse a los españoles, quienes también usaban una larga cola en el pelo, la que en ellos era símbolo de riqueza y elegancia. Así "estar enfermo del chape" encuentra su origen en la asociación con los problemas en la zona de la cabeza, la mollera y el cerebro.
ESTAR CABREADO: Locución que denota fastidio o aburrimiento de algo. En el siglo XV, el Duque de Medinacelli agregó un nuevo impuesto a los tenedores de cabras ya que, de acuerdo a la justificación que se dio, ellas pastaban las tierras erosionándolas y causando un daño. Este nuevo cobro dio origen a una expresión que se mantiene hasta hoy.
ESTAR COMO PALO DE GALLINERO: Se entiende como estar arruinado o muy mal anímicamente. La expresión hace un símil -entre curioso y divertido- con las gallinas que sufren las consecuencias negativas de haber dormido en lo lugares más cercanos al suelo. Esto, porque en los gallineros las aves que duermen en los palos superiores, como no controlan sus esfínteres, defecan sin misericordia sobre sus pares que descansan más abajo. En las mañanas, las aves que han ocupado los palos inferiores amanecen cubiertas de excremento. Por tal razón, la expresión indica un mal estado de ánimo, que la suerte no lo acompaña y que todo sale mal.
HACER LA PATA: A las personas zalameras se les dice despreciativamente que "están haciendo la pata". Y a los que tienen por hábito "hacer la pata" se les llama "pateros". Según el escritor Joaquín Edwards, esta expresión encuentra su génesis en el verbo inglés "to pat", que se traduce como halagar o acariciar. "La frase te voy a hacer la pata es un remilgo pasado de moda que acostumbraban a susurrar -con voz pastosa y falsamente cariñosa- ciertas mujeres a sus amantes de turno, cuando eran extranjeros", sostiene Edwards.
IRSE A LA COCHI GUAGUA: Cuando el trabajo es fácil y descansado, se acostumbra a decir jocosamente "nos fuimos a la cochi' guagua". Oreste Plath, en su obra Folklore Chile, explica que para entender la raíz de esta expresión es necesario tener presente que todos los vehículos que circulan por Santiago deben pagar patente: desde camiones hasta triciclos. No obstante, los coches de guagua no pagan patente, por lo que la expresión se asocia con una labor relajada y sin obligaciones.
LA PEPA DEL ALMA: Es lo más valioso que posee una persona y tiene su origen en la pepa de un fruto que en su interior guarda las posibilidades de dar nueva vida. Se usa también como pérdida absoluta. Perdió hasta la pepa del alma quiere graficar un despojo total, incluyendo lo más personal y apreciado.
LIMPIO DE POLVO Y PAJA: Apunta a la liberación de todo cargo o acusación a la que alguien hubiera sido sometido. Se remonta a la práctica de los medieros de entregar toda la cosecha de trigo a los propietarios para que fuera procesada en el molino. La exigencia era que estuviera limpio, sin polvo ni paja.
MÁS PERDIDO QUE EL TENIENTE BELLO: Esta expresión que se viene usando en Chile aproximadamente desde 1915, hace referencia al primer aviador que desapareció en nuestro país. El teniente primero Alejandro Bello Silva, en circunstancias que rendía las pruebas y exámenes pertinentes para el título de piloto, tuvo que demostrar sus aptitudes de navegante aéreo. Por tal motivo, el 9 de marzo de 1914, despegó de su base militar, en la capital, en el Manuel Rodríguez, un Sánchez-Besa identificado con el número 13. Mientras volaba -posiblemente entre Culitín y Cartagena, antigua provincia de Santiago- se extravió para siempre. Pese a la búsqueda, nunca se encontraron los restos del avión ni el cadáver de su piloto. Con el correr del tiempo, la gente acuñó la frase "más perdido que el teniente Bello" para referirse a personas distraídas o que se han perdido en el camino.
ME IMPORTA UN PUCHO: A las colillas de los cigarrillos o cigarros se les llama pucho. Este vocablo tan arraigado en la charla diaria, proviene del mapuche. El pueblo araucano usaba el término para referirse a las sombras, a los desperdicios, a los residuos, a lo que resta de algo, después de haber sido usado o consumido en su parte útil. Partiendo de esta palabra, apareció en el lenguaje popular la frase "me importa un pucho" para indicar que algo no tiene valor o no es digno de consideración. Sus variaciones son: "no vale un pucho" o "cien pitos y un pucho". En cambio la expresión "botaste a pucho" se interpreta como ser insolente y atrevido verbalmente, no a través del cuerpo o violentamente.
MEDIO PELO: Por lo general esta expresión se usa en tono despreciativo. La emplean personas que se sienten superiores para referirse a quienes califican de socialmente inferiores. A principio de siglo, cuando aparecía muy difundido el uso del sombrero en los caballeros, las tiendas del rubro ofrecían a sus clientes "sombreros de castor de pelo centro y de medio pelo". Los que tenían más recursos compraban sombreros de pelo centro, los cuales eran más finos y costosos. En cambio, los sombreros de medio pelo los adquirían gente más modesta, ya que su valor era substancialmente menor. Esa diferencia fue la que originó la frase "ser de medio pelo".
NI CHICHA NI LIMONA: Los dos líquidos, producto de la fermentacióde la uva y del jugo de limón, respectivamente, tienen colores definidos y reconocibles. La antigua práctica de agregarles mucha agua a ciertos líquidos, para hacerlos rendir más, origina ésta expresión. Quiere decir que algo no está definido y no es ni una cosa ni la otra.
OJO AL CHARQUI: La expresión "ojo al Charqui" se usa cuando uno debe estar atento y poner cuidado frente a alguna situación de peligro o amenaza. Charqui es la palabra quechua con que los indígenas denominaban a la carne cortada en lonjas delgadas, saladas y secadas al sol. En un comienzo, los indios usaban carne de llamas y guanacos y más tarde se optó por la de vaca o caballo. Debido a su fácil conservación y su valor alimenticio los trabajadores chilenos del campo, de las minas y del altiplano lo consumían habitualmente durante sus jornadas laborales. Antiguamente, las casas de campo solían tener todas sus dependencias en un entorno muy reducido. Las bodegas, las cocheras, los graneros y hasta las ramadas de matanza se encontraban muy cerca de la casa principal. Los dueños estaban pendientes de todos sus intereses y les era muy fácil controlar y vigilar sus pertenencias por la proximidad en que estas se encontraban. La expresión: "Ojo al Charqui" proviene del estado de alerta en que estaban los campesinos con respecto a sus bienes. Aunque hoy en día ya casi ni se come el charqui, este término se mantiene para manifestar la atención y el cuidado que se debe tener frente a una posible amenaza.
PATAS PARA ARRIBA: Cuando un restaurante, fuente de soda, cabaret o sala de baile de cualquier naturaleza cierra, los empleados -antes de abandonar el local- habitualmente dejan todas las sillas encima de las mesas con las patas para arriba. Un detalle tan simple como el descrito, fue el que originó la expresión "estás patas para arriba" para indicar desorden, desbarajuste y alboroto.
PONERLE HARTO PINO: Hacer algo con mucho esfuerzo, sacrificio y hartas ganas es sinónimo de "ponerle pino" a cierta actividad. Es luchar por un objetivo con todas las energías. Tal vez, a nosotros nos resulta más o menos obvio, pero el pino a que se refiere esta expresión, nada tiene que ver con los árboles coníferos que así se denominan. En cambio, sí tiene relación con el relleno de carne, cebolla, huevo, pasas y otros ingredientes que todos los chilenos han probado en las empanadas, las papas y los pasteles. Un buen pino o "picadillo", como se dice en España, le brinda un sabor único a ciertos platos, así como también ponerle harto entusiasmo a diversas gestiones hace que los resultados sean óptimos y positivos.
¡POR LA CHUPALLA!: Chupalla en voz quechua alude a la "achupalla", una planta de cuyas hojas se sacan las tirillas o trencillas que dan forma a las clásicas "chupallas", es decir, a los sombreros que son muy populares en nuestro país. Campesinos, obreros, pescadores hombres de la pampa y de la mina han portado sus chupallas para protegerse del sol. Además, se ha constituido como el sombrero típico del "roto y del huaso chileno", estando presente en las festividades criollas más relevantes. La expresión ¡Por la chupalla! proviene de una anécdota muy simpática. Para las Fiestas Patrias de 1871 encabezaba el gobierno el entonces Presidente de la República don Federico Errázuriz Zañartu. El mandatario asistió a las festividades nacionales portando un sombrero de "pelo" y no una chupalla como solía ser la tradición. Incluso, algunos de sus ministros y parlamentarios también usaron ese tipo de atuendo, al que algunos bautizaron como "tarro de unto" o "colero". El hecho causó gran sorpresa entre los asistentes, puesto que era una innovación en cuanto a la vestimenta tradicional. Tan asombrado estaba un rotito chileno que miraba el paso del Presidente con este extraño sombrero que exclamó: ¡La chupalla del Gobierno! De esta forma, el dicho se consolidó como una expresión burlesca, que manifiesta sorpresa y asombro ante alguna situación.
QUEDA EN CHUCHUNCO: Se usa esta expresión cuando se hace referencia a un lugar que queda muy, pero muy lejos, perdido en el mundo. ¿Pero existió la localidad de Chuchunco alguna vez y dónde quedaba? Pues bien, Chuchunco fue un barrio, un suburbio, una aldea de Santiago que pertenecía a la Comuna de Maipo y era la continuación de la Estación Central o Sur, como se la denominaba antiguamente. Con el tiempo, el poblado fue creciendo y al sector más periférico se le llamó "Chuchunco abajo", nombre peyorativo, ya que era como ser de las chacras. Grandes buses transportaban a la gente de Chuchunco a Santiago y los trayectos constituían verdaderos viajes "rurales". Sin embargo, Santiago se fue expandiendo hacia las periferias y de pronto, Chuchunco ya no estuvo tan lejos, es más, quedó muy cerca del Barrio de la Estación. Los grandes buses fueron reemplazados por la locomoción colectiva y el entorno rural se volvió urbano. Pero el dicho persiste hasta nuestros días y Chuchunco sigue y seguirá siendo un lugar muy alejado.
QUEDAR EN PAMPA: La voz quechua pampa significa llanura. Por lo tanto, esta expresión apunta a la pérdida de bienes y podría traducirse como quedar sin nada.
SALIR CASCANDO: Expresión utilizada para indicar que una persona salió con mucha prisa de un lugar. Se remonta al uso campesino del caballo como medio de transporte y grafica el sonido de los cascos del caballo al galope.
TOMAR ONCE: Una taza de té o café, pancitos calentitos con mantequilla, palta, mermelada o paté son ingredientes imprescindibles para tomar una rica "once". Este concepto denomina a la instancia de la tarde en que los chilenos se sientan a la mesa y comen sus panecillos. "Tomemos once", "te invito para la once" o "juntémonos a la hora de once" son expresiones habituales entre nuestros compatriotas. Lo que puede resultar extraño, si no se sabe el origen del concepto, es por qué se le conoce con este nombre, si por lo general esta merienda se toma entre las 16:00 y las 20:00 horas, periodo que se aleja mucho de las once de la mañana o la noche. Lo que sucede es que antiguamente, a las once de la mañana, muchos trabajadores se tomaban un descanso que consistía en comer unos pancitos y acompañarlos de un "taquito" de aguardiente, licor muy apreciado por los chilenos. Para ocultar el interés, que por encima de los comestibles, se tenía por el aguardiente, los más fanáticos inventaron una clave con la que se aludía a este trago tan apetecido. Y como la palabra a g u a r d i e n t e tiene once letras, se simbolizó con la palabra "once" a esta variedad de licor. De esta forma, el "tomar once" se convirtió en el momento en que junto a los panecillos se ingería el aguardiente. Aunque ya no es en la mañana y tampoco se ingiere alcohol, el tomar once quedó registrado pro la instancia de descanso en la que se comían unos ricos panecillos.