La Revista Musical Chilena ha identificado como sus principales áreas de interés, la cultura musical de Chile, considerando tanto los aspectos musicales propiamente tales, como el marco histórico y sociocultural, desde la perspectiva de la musicología y de otras disciplinas relacionadas. Incorpora contenidos vinculados a compositores, ejecutantes e instrumentos de la música de arte, folclórica, popular urbana e indígena, al igual que artículos atinentes a manuscritos, investigadores, aspectos teóricos y modelos musicológicos, además de nuevos enfoques de la musicología como disciplina, tanto en Chile como en América Latina.
El folklore musical de la Zona Central de Chile
- La marcada influencia española en los cantos y bailes.
- Empleo de los modos y escalas mayores y menores.
- Ritmos ágiles con predominio del compás de 6/8.
- Uso preferente, en el acompañamiento musical, de instrumentos cordófonos, notándose la ausencia de los aerófonos.
LA HERENCIA HISPANA: Definitivamente en la zona central echó sus raíces mayoritariamente la música de ancestro hispánico. Fueron andaluces, castellanos, vascos, extremeños los que llegaron en el siglo XVI al centro de Chile, trayendo consigo la música en boga en esa época en España. Con ellos llegaron resmas de coplas escritas (canciones, cancioneros) impresas en hojas sueltas.
En el periodo de la Conquista llegaron algunos músicos: en tiempos de Pedro de Valdivia (Don Pedro de Miranda, Alférez, tocaba la guitarra y la flauta). Con Diego de Almagro vinieron Muñoz y Juan Hermoso, trompeteros; además de pliegos sueltos que contenían canciones que se cantaban de acuerdo a melodías conocidas.
El área central de Chile desde el punto de vista músico-danzario se extiende desde Aconcagua hasta Puerto Montt. Las grandes vertientes de lo hispánico, lo negroide y lo indígena corren por diferentes senderos.
- Lo hispánico y lo afro se plasman en ciertos zapateos (zamacueca) como también se nos presentan en el romance o corrido (en la Colonia). Este era escrito directamente para ser cantado, inspirado en el canto popular como un todo musical de cuatro versos.
- Lo indígena se vierte en su propia endoculturación y en su hermetismo se desarrollan la música y la danza imbuídas de lo religioso y lo misterioso. No obstante la presencia indígena la notamos en la más antigua cofradía religiosa, como es la de los Chinos Danzantes y de los instrumentos tales como la flauta de los chinos, adscrita a la fiesta folklórico-religioso de Andacollo (24-25 de diciembre de cada año).
APORTES CULTURALES DE LOS SIGLOS XVII-XVIII-XIX: La promoción cultural española se presenta en toda el área geográfica de Chile, Perú, Bolivia y Argentina en este período. El fandango, la seguidilla, el bolero se mezclan en el sarao y la tertulia, donde ya se practicaba la contradanza y el minué. Lo criollo corresponde a la mutación del material hispánico (ritmos y melodías) que vienen de la península para afincarse en el seno del pueblo.
En los albores de la Patria Vieja hay varias danzas que se manifestaron en la aristocracia dirigente: el Pasapié, el Rigodón, el Minué, el Vals, el Rin y la Gavota por nombrar algunas.
En tiempos de la Independencia: el Chocolate, el Vals acriollado, el Fandango, la Pericona y el Cuando.
El Cielito, el Pericón y la Sajuriana se muestran en la Chingana y en la ramada popular. Estos dos últimos llegaron de Argentina traídos por las bandas militares.
(Tomado directamente de: "Repertorio seleccionado de música y danzas tradicionales de Chile". Unidad de apoyo No. 3, por Jorge Mejías).
CHINGANAS: Otra demostración de este despertar de la música nacional lo encontramos en un nuevo auge de la música tradicional del pueblo. Ella surge del confinamiento en que se hallaba, en la categoría de "bailes de la tierra", normalmente prohibidos, para presentarse en los salones y, especialmente, en las chinganas que eran los lugares de entretenimiento popular, establecidas en terrenos abiertos o en sitios más o menos privados. Allí se levantaban fondas, en las que se cantaba, bailaba, bebía y comía, y se pasaba un rato de esparcimiento. A estas chinganas asistían, además, jóvenes y señoras de la alta sociedad, atraídos por la belleza contagiosa de estos ritmos y melodías que ahora podían saborear sin reparos.
En las chinganas se bailaba el Cuando, el Pericón, Zapatera, Llanto o la Zamacueca, al son de música y canto con acompañamiento de arpa, guitarra, pandero y triángulo. Según los cronistas de la época, los músicos cantaban "con acento elevadísimo que parecía desagradable a los extranjeros; pero el oído se habituaba poco a poco, porque había cadencia en sus voces". Cuando cantaban en un tono bajo, lo que era raro, no eran aplaudidos por los asistentes. Este es un dato bastante curioso, por cuanto refleja la existencia de un estilo de cantar que se supone de origen morisco y que aún se conserva.
(Tomado directamente de: Samuel Claro Valdés. Oyendo a Chile, Santiago, Chile, Editorial Andrés Bello, 1979, pp. 71)
PRINCIPALES DANZAS Y CANCIONES: Esta zona presenta un riquísimo bagaje de canciones y danzas folklóricas, todas ellas producto de la inagotable capacidad creadora de nuestro pueblo, tanto del área rural como urbana.
Formas Cantadas: La forma-canción más característica del folklore musical chileno es la TONADA. La Tonada es una forma literario-musical de carácter festivo, narrativo o lírico, de forma estrófica. Se canta a una o dos voces acompañadas por rasgueo de guitarra, pero se suele incorporar el acordeón y, a veces, el arpa y, en casas de canto, piano y tormento. Cuando lleva estribillo con melodía diferente a la estrofa, éste es rasgueado; en cambio, la estrofa se acompaña con guitarra pulseada o "punteada", lo que los cultores llaman "tonada-canción". El término Tonada sirve, además, para denominar una familia de canciones folklóricas chilenas, según sea la función que ellas desempeñan.
- Villancicos o Toanadas al Niño: Son cantos navideños que se cantan delante del pesebre y en que los personajes bíblicos son nombrados según el lenguaje del pueblo: "Doña Mariquita", "Señora María", "&Ño José", "Niño Manuelito", etc.
- Parabienes: Son cantos de saludo a los novios o recién casados.
- Esquinazoz: Cantos destinados a saludar a personas o acontecimientos importantes. Toma su nombre de la antigua costumbre de ser cantados desde las esquinas.
- Pregones: Cantos de los vendedores populares para llamar la atención del público acerca de las "bondades" de sus mercancías.
Bailes Típicos: Existe una enorme cantidad de especies danzables, muchas de ellas ya desaparecidas o en vías de extinción. Entre las que gozaron de gran popularidad en el pasado figuran: el Cuando, el Aire, el Cielito, la Sajuriana, la Perdiz, el Pericón y la Resfalosa, algunas de las cuales llegaron a nuestro país con el Ejército Libertador en 1817.
En los albores de la República y hacia fines de 1824, llegó desde Lima, la Zamacueca o Cueca, que muy pronto desplaza a las danzas rivales, pasando a convertirse desde entonces, en nuestro baile nacional. Enseguida tenemos, las danzas de inspiración campesina nacidas del afán de imitar a las aves y animales (zoomorfas) como el Jote, el Aguilucho, el Pequén, el Gallinazo, el Chincol, el Peuco, la Gaviota, etc.
Otras danzas son la Porteña, el Sombrerito, la Mazamorra y el Calladito. Además de los bailes mencionados, deben agregarse aquellos de caracter religioso como los Chinos, que se han extinguido casi completamente. En la actualidad se baila junto a la Cueca, el Corrido, el Vals y otras danzas aún en proceso de folklorización.