La Revista Musical Chilena ha identificado como sus principales áreas de interés, la cultura musical de Chile, considerando tanto los aspectos musicales propiamente tales, como el marco histórico y sociocultural, desde la perspectiva de la musicología y de otras disciplinas relacionadas. Incorpora contenidos vinculados a compositores, ejecutantes e instrumentos de la música de arte, folclórica, popular urbana e indígena, al igual que artículos atinentes a manuscritos, investigadores, aspectos teóricos y modelos musicológicos, además de nuevos enfoques de la musicología como disciplina, tanto en Chile como en América Latina.
Esta reseña histórica de las Estudiantinas chilenas ha sido tomada y adaptada de Estudiantinas y Tunas Chilenas (ya no disponible). Se mencionas dos etapas: un Periodo Histórico que va desde 1884 hasta 1955 cuando a fines del siglo XIX, nacen en Chile las primeras Estudiantinas y un Período Contemporáneo, cuando a partir de fines de la década de los 60 resurgen las estudiantinas en nuestro país.
La Nueva Canción Chilena
Sin que hubiera necesaria conexión entre las experiencias de cada país, la canción de contenido social desarrollada en América y parte de Europa durante los años 60 tuvo sorprendentes rasgos de similitud, partiendo por el modo más o menos simultáneo con que se fue manifestando en los diferentes puntos del globo.
Hay voces inmortales que a pesar del paso del tiempo y de los gustos musicales, quedan. Existe en ellas una fuerza especial que, junto con mantenerlas en el inconsciente colectivo, les ayuda a permanecer en el gusto de generaciones y generaciones. Entre las mujeres con estas características están Palmenia Pizarro y el dúo Sonia y Myriam, por nombrar sólo algunas. Entre los hombres, Raúl Videla, Mario Arancibia, Antonio Prieto y los hermanos Arturo y Lucho Gatica.
Junto con Pedro de Valdivia se hizo presente la música europea en nuestro país. El canto gregoriano era entonado, junto con el oficiante, por las rudas gargantas de los soldados. La música popular española también resonaba en los escasos momentos de esparcimiento que entonces había, entre la contienda ininterrumpida contra los naturales y las labores de labranza y construcción. A estas expresiones se agregaron las ordenanzas militares, los toques de música bélica y los recitados, a tambor batido, de los pregoneros.
La tesis universitaria con que el músico y poeta Tito Escárate obtuvo su licenciatura en Estética fue luego también su primer libro sobre la historia del rock chileno, valioso en su momento por ser una de los primeros sobre el género. Su título parafrasea el nombre de uno de los grupos surgidos en el país a comienzos de los años setenta. Frutos del país es un análisis de la evolución, el sentido y el contenido del rock en Chile desde la aparición de bandas como Los Mac’s y Los Vidrios Quebrados, en los años sesenta, hasta la escena siguiente al llamado boom del nuevo pop chileno de los años ochenta. Entre ambos hitos, Escárate emprende una revisión del auge musical de comienzos de los setenta, da la crisis y la dispersión provocadas por la dictadura, y de la emergencia de nuevos rockeros como Los Prisioneros. Se presenta aquí un extracto histórico del libro.
Grupos de coloridas máscaras y atuendos de origen altiplánico recorren las calles de tierra de La Tirana, un pequeño y tranquilo pueblito en el que, cada 16 de julio, se celebra el día de la Virgen del Carmen con una grandiosa fiesta que atrae a miles de visitantes y fieles. Desde el 12 y hasta el 17 de julio el lugar sufre una completa metamorfosis en donde creyentes dedican música, baile y ofrendas a su patrona la Virgen. Espectáculo extraordinario y único en el país.
En cualquier discoteca capitalina -o de alguna parte de esta larga y angosta faja de tierra- cuando el ambiente está que arde, cuando las canciones del momento hacen sudar la gota obesa a los bailarines, no es extraño que los jóvenes se vacilen con todo, entre el popurrí de temas actuales, una composición de la Nueva Ola. Puede ser "Caramelo de menta", "Caprichito", "Twist del recluta", "El rock del mundial" o "Muñequita", entre otras. Es que hoy, cuando ya han pasado cerca de 40 años desde que fueron éxito, siguen teniendo la misma fuerza.
Tal como sucede actualmente, hace unas cuantas décadas los ritmos foráneos influenciaban a las bandas chilenas. Casos emblemáticos están marcados por Los Peniques y La Huambaly, ambas inspiradas en Dámaso Pérez Prado. El mambo y su contagiosas letras y melodías poco a poco fueron desplazadas del gusto popular de los chilenos todos de hace cuatro o cinco décadas.
Breve evolución histórico-musical
Autor: Jaime Barría Casanova
Desde el asentamiento de los españoles en Chiloé, con Martín Ruiz de Gamboa y la fundación de la ciudad de Castro en 1567, la música llega al archipiélago. Tan solo un año después de la fundación de Castro se radican allí los padres franciscanos, provenientes de los colegios de formación misionera de Galicia, Salamanca y San Antonio de Hebrón en España. Estos realizaban su apostolado usando los medios de la época: evangelizaban valiéndose de la poesía y de la versificación del canto.
Autor: Eduardo Carrasco
Eduardo Carrasco, fundador y director durante muchos años del Quilapayún, nos presenta su libro LA REVOLUCIÓN Y LAS ESTRELLAS, una historia sobre este carismático grupo chileno. En ella, Eduardo nos cuenta los orígenes y la evolución tanto musical como política de los Quilas; sus relaciones con personajes transcendentales de finales del siglo XX y la historia reciente de Chile. Un libro plagado de reflexiones personales y de anécdotas.