GRANDES VOCES DE LOS 50 Y 60

MUCHO MÁS QUE TALENTO

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Hay voces inmortales que a pesar del paso del tiempo y de los gustos musicales, quedan. Existe en ellas una fuerza especial que, junto con mantenerlas en el inconsciente colectivo, les ayuda a permanecer en el gusto de generaciones y generaciones. Entre las mujeres con estas características están Palmenia Pizarro y el dúo Sonia y Myriam, por nombrar sólo algunas. Entre los hombres, Raúl Videla, Mario Arancibia, Antonio Prieto y los hermanos Arturo y Lucho Gatica. Sin pecar de machistas, por esta vez sólo nos dedicaremos a las voces masculinas y, además, centrándonos específicamente en los años '50 y '60. Dos décadas que marcaron la historia musical patria de gran forma. No cabe duda que una característica de estos 20 años es la aparición de grandes voces. Según el productor musical Camilo Fernández, dentro de las características principales que las distinguían estaba "su destacado registro (capacidad que les permitía dar agudos y bajos con facilidad), sonido grato, agradable y, sobre todo, afinado".

Los '50
En Chile, musicalmente, los años '50 se caracterizaron por la aparición del mambo, el cha cha chá y el cultivo de ritmos caribeños, como la cumbia. En el bolero, destacaba la voz de Olga Guillot, la musa inspiradora de Lucho Gatica. Los artistas nacionales para ser programados en las radios debían tener algo de trayectoria, cuento sobre el escenario. Sus canciones, en la mayoría de los casos, trataban formalmente el amor, con una dosis de romanticismo y elegancia que se notaba en los intérpretes que, con terno y corbata, cantaban y soñaban con ser escuchados. Camilo Fernández destaca de esta época las voces de Antonio Prieto, Luis de Castro, los hermanos Lucho y Arturo Gatica, Humberto Lozán, Enrique Balladares, Mario Arancibia, Arturo Millán, Raúl Videla, Pepe Lucena y Osvaldo Gómez, conocido como El Indio Gómez.

Los locos '60
A fines de los '50 aparece Elvis Presley. El gringo comenzó a mover su cadera desenfrenadamente. La música subía las revoluciones. Según narra el creador de la Nueva Ola, "por la aparición del rock, las voces gratas, melódicas dan paso a registros estridentes, con mucha fuerza interpretativa". Los gustos musicales de los jóvenes ya no eran heredados de sus padres, como sucedía en los '50. Ahora los adolescentes eran protagonistas y buscaban en la música "una identificación grande con sus cantantes", acotó Fernández. La radio ya no era tan puntillista a la hora de seleccionar repertorio. Bastaba tener una buena voz, para grabar un disco y llegar a una estación. El negocio de la música floreció, especialmente por los discos singles -sólo de dos temas- de velocidad de 45 R.P.M (Revoluciones por minuto).

En este contexto surgieron, según el ahora productor musical del Festival de Viña del Mar, figuras como Luis Dimas, Marco Aurelio, Larry Wilson, Antonio Zabaleta, Osvaldo Díaz, Patricio Renán y José Alfredo Fuentes. La música dominante era netamente juvenil y casi lúdica. Como ejemplos, destaca Fernández, temas como "La Pera Madura" y "El Twist del Tren".


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