Barros, Raquel (2002)
En la Revista Musical Chilena N° 71, correspondiente a los meses de mayo-junio de 1960, publicamos un trabajo, hecho en colaboración con Manuel Dannemann, titulado "Los Problemas de la Investigación del Folklore Musical Chileno", en el cual, dentro del tema, nos referimos a los autores que en tres épocas diversas se preocuparon de la
danza. Ellas son: la de los precursores, dividida ésta en aquellos con conocimientos musicales Frezier, Poeppig y Zapiola, los principales, quienes nos dieron la notación musical de algunas de ellas o datos someros de su introducción en el país; y los sin estos conocimientos, que incluyen en sus escritos descripciones pintorescas, textos literarios de los bailes, el ambiente en que se presentaban, sin entrar en detalles coreográficos o musicales. María Graham y W. S. Ruschenberg nos sirven en la actualidad para ver su evolución, comprobar
supervivencias o reconstituir épocas. Los iniciadores se ocupan de diversos aspectos relacionados con nuestro tema, pero, desgraciadamente, nunca abordan el problema en forma integral. Seguir leyendo...
Costa Garcia, Tânia da (2009)
La canción popular urbana constituye una manifestación cultural típicamente moderna. Su producción, circulación y consumo se confunden con el proceso de urbanización y con la disponibilidad de recursos tecnológicos. Transmitida por los medios de comunicación de masas, al llegar a un público bastante más amplio que los receptores locales, no demoró, dentro de la lógica de mercado, para traducirse en un importante vector de homogeneización cultural. El objetivo de este artículo es diseñar un mapa de las conexiones entre música folclórica, canción popular, formación y consolidación de un mercado consumidor y los usos políticos de la música popular chilena por parte de diferentes sectores de esta sociedad entre los años 40 y 60, período en el que las artes estuvieron relacionadas con las luchas de las representaciones en torno de la identidad nacional en diferentes países de América Latina. Seguir leyendo...
De la Sotta Donoso, Romina (2009)
Una microficha de la Biblioteca Nacional contenía una composición que enorgullece al puerto, y que esconde un enigma casi imposible de descifrar.
Seductor y universal. Pegajoso, bailable. La cadencia del vals conquistó al mundo y su imperio se extendió más allá del siglo XIX. Tal fue la popularidad de este baile, cuyo nombre, walz , proviene de walzen (dar vueltas).
Su mayor exponente fue Johann Strauss hijo, quien heredó de su padre el talento y se convirtió en el compositor de música ligera más importante de todos los tiempos. Razones más que suficientes para que Valparaíso se encuentre en estado de alerta ante la posibilidad de que el músico austriaco -o alguno de sus descendientes- haya honrado a nuestro puerto con un vals, tal como sugiere una partitura recién recuperada. Seguir leyendo...
Fuente: El Mercurio de Santiago
Claro Valdés, Samuel (2012)
La música de un país es el reflejo de su cultura; por eso es importante conocerla bien para llegar a amarla y comprenderla y, así, poder contribuir al progreso de esa nación. La música es un arte social y desempeña una función definida y trascendental en medio de la sociedad a la que pertenece. Ella es capaz de producir, por medio de los sonidos, toda clase de influjos poderosos en el hombre y la sociedad. También se puede decir que toda actividad humana ha sido acompañada alguna vez de música. Su influencia alcanza a las emociones, a los estados de ánimo, al subconsciente y a la fisiología del individuo. En ciertos momentos, la música calma o excita, entristece o alegra, apasiona o deja indiferente; por último, ejerce efecto terapéutico sobre ciertas enfermedades del hombre e influye hasta en animales e insectos. Aparte de ello, su poder se extiende a todos los climas y latitudes, y cada pueblo, hasta el más primitivo, tiene una música conforme a sus costumbres, a su carácter e idiosincracia. Esta universalidad de la música tampoco se detiene ante las barreras del idioma, por lo que su mensaje puede ser comprendido por todos los hombres y a lo largo de la historia. Seguir leyendo...
Fuente: Oyendo a Chile
Lo Nuestro.cl (2012)
Como la mayoría de las etnias sudamericanas, la mapuche posee una religiosidad arraigada en en las fuerzas de la naturaleza. Por ejemplo, las plantas son infaltables en cada rito, especialmente el canelo, el árbol sagrado para este pueblo. Un clima benigno es fundametal para la obtención de buenas cosechas y el paso del tiempo es marcado por los movimientos lunares.
Para el pueblo mapuche conviven en el universo dos fuerzas antagónicas, pero complementarias: las fuerzas positivas o Ngenechen y las negativas o Wekufu. El Ngenechen es sólo construcción y vida, el Wekufu, destrucción y muerte. Entre ambas fuerzas los mapuche buscaban el equilibrio. Sólo a las mujeres les estaba reservado el manejo de los asuntos espirituales o mágicos, existiendo también dos tipos de magia, la positiva y la negativa. Las machis se ocupaban de la primera, la kalku de la magia negativa. Las machis, expertas en las propiedades medicinales de las yerbas, sanaban a los enfermos y ahuyentaban los malos espíritus. Para los mapuche la muerte no existía. La vida era infinita y las personas pasaban por diferentes estados a lo largo de su existencia. La muerte era así el tránsito hacia el país de los muertos, donde el alma viviría eternamente. Su destino final es el Wenu Mapu, espacio superior donde se reencuentran con sus seres queridos. La muerte es el inicio del viaje a un nuevo existir, en el que encontrará más o menos dificultades, según su actuar en la tierra. Seguir leyendo...