Junio 1, 2008

La práctica musical en los inicios del protestantismo en Chile

Maldonado Aguirre, Marcos (2008)
Los inicios de la actividad musical

A lo largo del período histórico, entre los primeros años de independencia, hasta los comienzos del siglo XX, el cristianismo protestante llegaba a América Latina a través de tres vías principales: 1) las iglesias y denominaciones de las corrientes protestantes tradicionales (luteranos, anglicanos, presbiterianos), dedicadas a servir a las necesidades espirituales de colectividades extranjeras, en su mayoría integradas por europeos; 2) las misiones de las mismas iglesias históricas de origen europeo, pero dedicadas a formar iglesias, pastorados y comunidades religiosas entre la población latinoamericana; 3) las misiones e iglesias anglosajonas surgidas a raíz de avivamientos espirituales de los siglos XVIII-XIX, también orientadas a la evangelización de la población nacional (Bastian 1994).

Esta última vía de evangelización dio origen al fenómeno de protestantismo misionero, en el cual se distinguen dos tipos: a) las misiones enviadas por las iglesias protestantes tradicionales (metodistas, presbiterianas, bautistas), vinculadas doctrinal y organizativamente con éstas; y b) las misiones de fe independientes, enviadas por las nuevas denominaciones británicas y estadounidenses organizadas en distintas agencias misioneras (Misión Centroamericana, Misión Latinoamericana, Unión Evangélica de América Latina, entre otras). Pese a que las primeras misiones independientes aparecen en el continente aun en los años 1890, su mayor proliferación e influencia se desarrollan en la segunda mitad del siglo XX.

La presencia de ciudadanos ingleses y estadounidenses en la región, y una cada vez mayor libertad religiosa favorecida por los triunfos de los sectores políticos de tendencia liberal anticlerical, motivaron a personalidades como el presbiteriano David Trumbull y el metodista William Taylor a acometer una empresa evangelística misionera en nuestro país, hacia fines del siglo XIX, al amparo de la dictada "ley Interpretativa Constitucional de 1865" que autorizaba a los no católicos a celebrar sus cultos en recintos privados y a fundar escuelas privadas, entregándose a la tarea, primeramente, de otorgar auxilio espiritual a los extranjeros protestantes afincado en estas tierras y extender la fe evangélica, más tarde, a la población nacional. La presencia de Trumbull en Valparaíso habría de significar a la postre un gran y decidido impulso para la consolidación y desarrollo del protestantismo en general y de la Iglesia presbiteriana en particular.

El proceso evangelizador en América Latina se cimentó sobre dos corrientes protestantes, la primera, el protestantismo que llegó con los inmigrantes europeos del siglo XIX, quienes conservaron el idioma materno en sus cultos y las formas litúrgicas y la segunda, quizás la más influyente, con los misioneros ingleses y norteamericanos provenientes de las iglesias surgidas en el avivamiento del siglo XIX. Así, el culto protestante chileno estuvo muy condicionado por el puritanismo, planteándose en términos muy rígidos en material moral, predicando un estilo de vida austero y haciendo gala de pietismo, esto es, poniendo más énfasis en la vivencia religiosa que en el conocimiento dogmático. Junto con esto, la naciente iglesia evangélica chilena fue, además, depositaria de la tradición musical anglosajona, proveniente de Estados Unidos e Inglaterra, países en los cuales, hacia fines del siglo XIX, la tradición himnódica había alcanzado gran desarrollo. Esta tradición habría de mantenerse casi inalterablemente hasta bien entrada la década de los 60, época en la cual comienzan a vislumbrarse algunos cambios, tanto en la conformación del repertorio del canto congregacional, como asimismo la introducción de instrumentos, prohibidos en otras épocas, lo que ha traído consigo una discusión que ha dado origen a un centenar de escritos, libros y artículos, procurando dar con el correcto y legítimo concepto de la llamada "música cristiana".