Octubre 5, 2001

Entrevista a Alejandro Guarello

www.puc.cl (2001)
"Hemos logrado formar un publico para la música contemporánea". Alejandro Guarello, compositor y profesor del Instituto de Música, se refiere a la necesidad de contar con espacios de difusión para la música contemporánea y habla de los logros alcanzados con Música Abierta.

- ¿Cuánto tiempo lleva el proyecto "Música Abierta"?
"Música Abierta" apareció por el año 86, cuando a la vuelta de una beca yo quise "mover" el asunto de la música contemporánea. Se formaron unos talleres de interpretación aquí en el Instituto de Música. A partir del grupo de gente que se armó empezó a crearse un ambiente de "querer hacer algo" y de continuarlo. Pero no fue posible, de hecho. Recién el año 89 el proyecto se constituyó verdaderamente.
El objetivo era generar, difundir y promover música contemporánea. Por eso el título real es "Música Abierta: un espacio para la Música Contemporánea". El proyecto cubría tres ámbitos: hacer un festival annual, coordinar la visita de músicos y compositores extranjeros de música contemporánea y, por último, generar una base de datos informativa sobre música contemporánea, conciertos, eventos, discos y partituras que estuvieran disponibles. Estas eran las tres franjas de acción.
Desde el 89 en adelante, lo que más se ha sostenido en el tiempo y en forma regular ha sido el festival. Se realiza todos los meses de noviembre de cada año. Lo de la gente invitada ha sido muy esporádico y, en definitiva, fue absorbido por la temporada internacional de profesores visitantes del Instituto. Si bien es cierto, nosotros seguimos contactando gente y proponiendo personas para que vengan, quedamos, como dije, absorbidos institucionalmente por el Instituto.

Respecto al intercambio de información, recién el año pasado se hizo un intento de generar una base de datos, que todavía está en formación, para poder informar a todos los interesados. Comprende conciertos, lanzamiento de discos, festivales y cosas interesantes que ocurren en torno a la música contemporánea. Tal es la historia y estado actual de "Música Abierta".

- En todos estos años, ¿es mayor o menor el grueso del público interesado?
- Nosotros seguimos adelante porque justamente la respuesta ha sido perfecta. Cuando nosotros hicimos el 1er Festival de Música Contemporánea, por el 90, en el Aula Magna del Centro de Extensión, una sala chiquitita, hicimos dos conciertos. Bueno, esto no era propiamente un festival pero había que partir por algo. Con dos conciertos habrán habido unas 100 personas en cada concierto, no más. Este número, poco a poco, año a año, fue aumentando.

En un momento dado, el festival tuvo un auge bastante fuerte. En una temporada oficial del Instituto logramos, fuera del festival, repetir algunas obras con bastante éxito también. En síntesis, la aceptación del público ha ido en franco aumento. El año pasado por ejemplo el festival duró siete días seguidos y asistieron 700 personas por concierto. Este dato habla de que la labor realmente ha obtenido efecto.

Actualmente, entramos a utilizar otros medios como la misma internet, las páginas web, para llegar aún más al público. Porque la música históricamente se ha cerrado a la música barroca y clásico-romántica: las temporadas del Teatro Municipal, el Teatro de la Universidad de Chile, las temporadas oficiales del Teatro Oriente, etc. Y la música contemporánea ha quedado fuera debido al falso mito de que no le interesa a nadie, que es muy rara, anti-económica, qué se yo. Nosotros hemos demostrado lo contrario. En realidad hay mucha gente interesada y que lo único que se necesita es un espacio: hacer música abierta, abrir la música a esta manifestación del siglo XX.

- ¿Ha significado esto un incentivo a la creación en músicos, docentes, en la gente de otras universidades e institutos?
- Sí. Esta situación he creado una reacción en la Universidad de Chile, en la Escuela Moderna, en Valparaíso, en Concepción, etc., en el siguiente sentido: lo han tomado como modelo, han tratado de hacer lo mismo, otros festivales. Creo que el festival ha tenido un efecto multiplicador muy fuerte. Y, como el festival es muy abierto, nosotros convocamos a participar a todas las instituciones. El festival ha generado también un ámbito de vinculación muy evidente. No de competencia, sino de co-participación, de colaboración. Los logros han sido fantásticos. La gente de otras universidades manda cosas. Realmente ha incentivado la creación. Si bien anualmente se programan 40 a 50 obras en el festival, llegan 60 a 70, 80 a veces.

Hay que seleccionar con criterios dados, muy fáciles en el fondo: lo que decide es cuanta plata hay y, segundo, qué se puede hacer. Punto. No hay criterios estéticos ni conductas escolásticas, ni académicas, ni sectarias para la selección de las obras. Se trata de abrir un abanico muy amplio de toda música que se está creando en Chile.

En tal sentido, el festival ha ido cambiando, porque al comienzo había toda una intención de recuperación: se empezaron a re-estrenar obras producidas en los años 40's, 50's y 60's, incluso habiendo festivales que se dieron ordenados según décadas. Hoy en día ya no es así, debido a que es tal la producción nacional que casi el 100% son estrenos absolutos, obras del año, de gente joven y mayor, gente que está comenzando, consagrados, etc.

- ¿Y qué pasa con toda esa producción?
- Queda grabada. Está grabada. Todo. Todos los festivales están grabados en discos, en Cd's, sin publicar. En los dos últimos años están grabados en video, por el canal de cable ARTV. No todo, porque hay problemas de producción, pero gran parte sí. Se ha ido generando una cantidad de material fantástico. Hay gente que pide después copia de los discos. Eso se da.

Ya el festival no es sólo conocido en Chile, también en Europa, E.E.U.U, en Latinoamérica, incluso llegan convocatorias sin que uno las pida, preguntan cosas. Son diez años de continuidad que, claro, tienen su efecto.

- ¿Qué lugar tiene la música contemporánea en Chile?
- Ha ido creciendo. Hay una pequeña historia. Entre los años 50's y 60's tuvo, la música contemporánea, un gran auge. Fundamentalmente por un factor de legislación. Hubo un apoyo especial por el Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile con financiamiento estatal.

La gente de la Universidad de Chile producían discos, partituras, generaban conciertos, festivales de música chilena, etc. Esto empezó a entrar en crisis a mediados de la década del 60. Y el año 69 entró a desaparecer. Después vino el golpe de estado y el Instituto de Extensión Musical se desarmó, fue clausurado, y la ley cambió. Antes, las cosas se financiaban con el recorte del 1% de todos los espectáculos en Chile, cine, teatro, etc., con esa plata se financiaba la música. Esto se acabó y olvidó. Entonces, la década del 70 y 80 la música contemporánea de Chile fue borrada. Era muy raro que sucediera algo, había cosas muy ocasionales, algunos intentos, voluntades por el año 85 y 89, que fueron lo último.

Así, el año 90 cuando partimos con "Música Abierta" comenzó el asunto, de alguna manera, desde cero. Desde aquí hasta hoy la música contemporánea ha vuelto a recuperar fuerza. Por ejemplo, consecuencias de lo que comentaba anteriormente: no se transmitía música contemporánea en las radios, excepto, de vez en cuando, en la radio Universidad de Santiago y Universidad de Chile. En las radios comerciales nada, en las radios "clásicas" como Andrés Bello, El Conquistador, Beethoven, etc., absolutamente nada.

Ahora, sin embargo, cuando comenzamos a grabar los festivales lo hicimos con técnicos de la radio Beethoven. Ellos empezaron a acumular un montón de material y como el público iba creciendo, Beethoven fundó un programa que actualmente funciona, una vez a la semana (esto hace unos tres años atrás), a las 11:00 de la noche, en el cual se transmite música contemporánea.

Ya desde el año pasado, este programa se viene transmitiendo todos los días, de lunes a sábados, también a las 11:00 de la noche.

Claramente, tal suceso vislumbra un efecto para hoy bastante fuerte. La gente puede acceder a esta música, donde se han re-transmitido los festivales, se presentan los discos que salen, música de afuera, etc. Una cosa notable.

En ARTV con la grabación de los dos últimos festivales se generaron ciclos de programas llamados "La nueva Música" que durante dos años seguidos, y varias veces durante el año, han transmitidos los conciertos.
Todo lo dicho, nos habla de que la música contemporánea ocupa un espacio relevante. Ya no es una cosa secreta, media "underground". No. El público existe y es un 95% público joven, entre los 16 y 30 años y gente de 40 que vio los primeros festivales y sigue viniendo año tras año. Se ha conformado un público.

- ¿Y el financiamiento de donde proviene?
- El financiamiento ha sido un problema, siempre. Al comienzo tuvimos apoyo del Fondart, los primeros años, en forma consecutiva incluso, que es bastante inusual. Después ese apoyo acabó y el Instituto de Música de la Facultad de Artes asumió el costo completo.

Este año tenemos financiamiento de otra parte, de Casa Central de la Universidad y de la División de Cultura del Gobierno de Chile. Estamos hoy en una campaña para que este festival tenga una prolongación en el tiempo, en términos bibliográficos, por ejemplo. La división de Cultura está financiando la edición de un programa, un programa libro digamos, una especie de catálogo, con las biografías de los compositores, con reseñas sobre las obras, con artículos sobre la música contemporánea, de tal manera de distribuir este programa en las bibliotecas y centros culturales a lo largo de todo Chile. La idea es que el festival del 2002 posea un nivel internacional sólido. Incluso el plan es repetir conciertos en provincia mientras dure el festival. Esta cuestión "agarró vuelo".

Desde hace varios años tenemos visitas de músicos extranjeros, compositores y conjuntos, que viajan para acá, muchas veces a su propio costo o se consiguen financiamiento desde el exterior. El próximo año, tenemos la vuelta de un conjunto que ha venido dos años antes, Blackjackets, de Bélgica. Van a venir dos semanas antes a trabajar con chilenos y a formar grupos con chilenos: un trabajo de taller y además de enseñanza de música contemporánea.
Porque aquí hay otro punto: una cosa es el público pero otro asunto son los intérpretes. Los intérpretes son formados en los conservatorios. Los conservatorios conservan pero no se introducen en problemas de la nueva música. Esto también ha ido cambiando porque la gente joven pide a los profesores que le enseñen sobre actualidad musical. Hay una cierta presión. Se debe traer a especialistas de afuera entonces para que enseñen.

- ¿Cómo es la participación en el festival de los alumnos del Instituto de Música de la P.U.C., de aquellos que cursan estudios en composición?
- Se estrenan muchas obras de los alumnos, pues nosotros no hacemos distinción, poseer título de compositor o algo por el estilo, que halla que terminar los estudios para acceder a estas instancias. No. Recogemos alumnos de composición tanto de esta universidad como de otras, aunque estén en curso de la carrera. Se trata de brindar oportunidades y producir experiencia. Esa es la idea.

En cuanto a los profesores también se brinda participación. No de todos, pues algunos no se manejan en este ámbito, por ejemplo algunos intérpretes. Instrumentos tradicionales como violín, violoncello, piano… en ocasiones cuesta incorporarlos. Ahí se convoca gente de otros lados, de la Orquesta Sinfónica, de la Orquesta Filarmónica, de la Universidad de Chile, gente de Valparaíso. Músicos, no necesariamente compositores. Por derecho propio se han incluido los grupos de percusión: en su momento el Quinteto de Vientos que tenía un repertorio contemporáneo más o menos fuerte; el mundo de la guitarra también está muy incorporado. En el fondo, el festival hoy tiene una connotación nacional, aunque partió como una cosa muy local, universitaria.

- En cuanto a aquellos alumnos que han optado por dedicarse a la composición, ¿tienen opción de dedicarse por completo o por lo menos tener un tiempo prudente para la creación? ¿Cómo se ve afectada la creación por la falta de difusión?
- La necesidad de creación es mucho más fuerte. Y se sigue produciendo. Hay más producción que difusión de lo que se produce.

- Pero, ¿existe difusión de algunos creadores?
- Sí. Nosotros durante el año hacemos conciertos, al menos dos, en donde los alumnos pueden mostrar sus obras. Y no solamente las muestran, además las graban. Hace poco, la primera promoción de Composión del Instituto de Música (la carrera de Composición se formó hace cuatro años y medio) salió este año. Concursaron a un proyecto Fondart y el 6 de Septiembre lanzaron un disco con obras de ellos. Eso ya es mucho decir.

- ¿Quiénes son ellos?
- Ellos son siete: Rodrigo Cádiz, Miguel Angel Clerk, Gabriel Gálvez, Hernán Castro, Raúl Céspedes, Fernando Aguirre y Max Zegers.

- ¿Son una agrupación?
- No. Simplemente compusieron, contactaron a los músicos, grabaron sus horas y de ahí editaron el disco con el apoyo Fondart. El disco se llama "Poliedro". Ellos, gente joven, son muy tecnológicos, están en la web y todo.

Véase en: http://www.puc.cl/artes/ent_06.htm
Fuente: http://www.puc.cl/artes