Enero 22, 2008

La música mapuche tiene por primera vez un libro

Contardo, Oscar (2008)
El musicólogo José Pérez de Arce lanza "Música Mapuche". El primer libro concebido como un estudio del rol del sonido en esa cultura.


José Pérez de Arce Santiago 2007
En uno de los pasajes del libro "Música Mapuche", de José Pérez de Arce, el autor cita al investigador Armando Marileo: "La palabra silencio no existe en mapudungún". Tampoco la palabra música tiene un equivalente en lengua mapuche. Dos aclaraciones que funcionan como advertencia de que se trata de una materia en la que hay que despercudirse de las ideas habituales de música, de quién la hace y cómo y cuándo se escucha. El libro de Pérez de Arce (musicólogo y dibujante autodidacta) se mueve en el ámbito inasible del estudio de los sonidos en una cultura diferente a la occidental: "Uno tiene que sacarse del cuerpo los estudios de música occidental porque no son aplicables a la música indígena tal cual", explica el autor.

Este libro es una investigación de 23 años. ¿Cómo se inició?

"Comenzamos el 81 a hacer una investigación con el museo a partir de la primera exposición que hizo el Museo de Arte Precolombino. Esa muestra la hice yo y fue de instrumentos musicales. Mi intención era entender el pasado musical de la region. Revisé el museo y me encontré con flautas de piedra muy diferentes a las que había en otras partes de América. Luego, en el primer libro que hice en 1986, me di cuenta de que no podía tomar sólo los instrumentos arqueológicos (de piedra) porque estaba dejando fuera una cantidad de material organológico que no existe en la arqueologia, que es todo el fabricado con materiales perecibles, que no se conserva: Tambores, flautas de madera, y todo el instrumental que es muy propio de la zona. En ese caso tenemos rastros arqueológicos, pero sabemos que esos instrumentos no se deben a influencia europea ni a influencia de pueblos vecinos al mapuche. Lo mas probable es que esos instrumentos tengan una enorme profundidad local. Eso me llevó a ir más allá de lo meramente arqueológico y abarcar la música etnográfica (la que se hace hasta la actualidad). Entonces uno se da cuenta de que la cultura mapuche no concibe la música del mismo modo en el que se concibe en occidente".

¿Cómo investigar algo tan inmaterial como los sonidos en una cultura que no tiene registro gráfico de la música?

"Este es el primer libro que se hace sobre música mapuche como un conjunto. Una parte de esa primicia es la dificultad del sonido. Estudiar música indígena es un tema complejo; primero, uno tiene que sacarse del cuerpo todos los estudios de música occidental porque no son aplicables a la música indígena tal cual. Por ejemplo, para el indígena, lo que para nosotros es ruido para ellos es parte de su contexto sonoro. En el caso de los mapuches, el ruido tiene significado, está involucrado en su vida, lo que marca una perspectiva diferente. En definitiva, hacer un libro sobre música mapuche significa hacer un largo recorrido, y por eso el libro tiene un preámbulo muy largo. Pero también está la parte que se dedica a describir y clasificar los instrumentos, un asunto que es lo más fácil, aunque para un mapuche la clasificación de los instrumentos en cuerda o viento no tiene ningun sentido. Tiene significado para nosotros, y creo que es muy necesario para acercar a la gente de este universo".

La mirada occidental actual le otorga un ámbito a la música. Para la mayoría, ese espacio es el de ser receptor: eschuchar música en lugar de producirla. En ese sentido, cuál es la principal diferencia con la música mapuche…

"Una de las grandes diferencias es que nosotros, occidentales, consideramos que la música es un recinto que solamente lo pueden ocupar los especializados en eso. Si juntas a diez personas y propones cantar, cuatro te van a decir que no porque tienen mala voz. A la música no sólo se le designa un espacio en la vida, y no sólo eso, sino que es un espacio en el que la experiencia es la de ser receptivo gracias a la tecnología. No se trata de hacer música, sino que de escucharla; para el mapuche no. Para el mapuche cantar no es un asunto para el especialista, no es necesario ser cantante, nadie espera que se le apruebe su voz o lo bonito que canta. No es una actitud, para la cultura mapuche el cantar es tan necesario como el hablar. Lo tradicional en las culturas, no sólo en la mapuche, es que el habla y el canto sean dos actividades de igual importancia".

¿Cuáles son las instancias en dónde se hace música?


Sonido y cultura. La obra se interna en 23 años de investigación musical a cargo del especialista Pérez de Arce, al alero del Museo Precolombino.
"Un guillatún es el ejemplo o la instancia más importante. Aparte de ser una fiesta religiosa, es una fiesta social, porque es un encuentro de personas que no se veían. Es una instancia de amistad, se hacen redes y se establecen nexos. Cada asistente se encarga de algún otro. Este acto social repercute en la música, cada uno participa de alguna manera. Todos ellos han participado de eso desde niños, y aunque hay especialistas, en el ritual no hay un personaje que haga las veces de director. Musicalmente, se dan situaciones muy complejas que parecieran ensayadas. Por ejemplo, tienes un momento de caos absoluto y repentinamente quedan en silencio. Eso significa que la machi ha caído en trance y que hay que callarse, pero no es que alguien lo ordene. La participación musical entre los mapuches es muy horizontal. Nadie ordena cuando entra alguien, cuando alguien debe callarse.

¿Existe una influencia de la música mapuche en la musica tradicional chilena, mestiza?

"Es imposible contestar esa pregunta con pruebas, pero, por ejemplo, yo he conversado con especialistas que hablan de la similitud entre la cueca y el choique purrún (baile parte de una rogativa) mapuche. Ernesto Hollman, un músico seguidor de la música mapuche, sostiene que la música más que pertenecer a alguna corriente o evolucionar de otra pertenece a un área geográfica. Pensándolo así, pierde sentido la idea de las influencias bajo la ideas darwinianas. Hay cosas mucho más profundas que eso, la más profunda de las influencias es nuestra manera de hablar, que aparte de incorporar palabras mapuches debe haber incorporado una forma de hablar, el canto particular que nos distingue de los peruanos o bolivianos".

Contardo, Oscar. "la música mapuche tiene por primera vez un libro". El Mercurio de Santiago, CLXXXI/62108 (20 de enero, 2007)