LAS MEJORES ORQUESTAS DE MUSICA TROPICAL

LAS MEJORES ORQUESTAS DE LA MÚSICA TROPICAL

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Tommy Rey
Momentos de gloria, éxito y fracaso componen la historia de las orquestas más cototudas y tradicionales del género tropical de nuestro país.

Tal como sucede actualmente, hace unas cuantas décadas los ritmos foráneos influenciaban a las bandas chilenas. Casos emblemáticos están marcados por Los Peniques y La Huambaly, ambas inspiradas en Dámaso Pérez Prado. El mambo y su contagiosas letras y melodías poco a poco fueron desplazadas del gusto popular de los chilenos todos de hace cuatro o cinco décadas. A las radios, malones y fiestas similares llegó otro ritmo tropical: la cumbia. Esta vez su génesis no estaba en la isla de la revolución, sino que el país cafetero por esencia, Colombia.

Fundada por los hermanos Azúa, y liderada por Roberto Fonseca, apareció en gloria y majestad La Cubanacán. Entre los éxitos más recordados por la gallada figura "La abusadora" y "El Africano", cuyo estribillo fue cambiado por los opositores al régimen militar, convirtiéndose en himno de los adversarios al general Augusto Pinochet. Los Peniques también escribieron un capítulo importante de la historia de las orquestas criollas. El nombre lo copiaron a una agrupación venezolana y se lanzaron con gran éxito. Entre sus mayores logros, está haber sido editados en España y gran parte de América Latina.

Ritmo y Juventud también brilló con colores propios en la época. En la vorágine de sones tropicaloides, apareció la Sonora Palacios. Los hermanos Jorge, Marty y Gabriel Palacios fundaron el grupo y se lanzaron a los más diversos escenarios, desde proletas salas a pirulos encuentros. En 1971 apareció en la Cuarta Región un grupo llamado Los Viking's 5. Su líder, Onofre Núñez, contactó a renombrados músicos de la zona y partió en un estilo cumbianchero clásico, el que le valió para ser editados en varios países y recorrer los cinco continentes.

Actualmente el grupo sigue tocando, sin la presencia de su vocalista, el conocido y carismático Chagua, quien padece una grave enfermedad que no le permite realizar su gran pasión: cantar. Tommy Rey también tiene mucho que decir. El año 1982 debutaron en los escenarios y lo hicieron a lo grande.

Epoca de gloria
Los nostálgicos que vivieron y gozaron de la bohemia de los años ´50, tienen grabadas con tinta indeleble las jornadas en el "Waldorf", tradicional sala ubicada en el pleno centro de la capital, donde desfilaban, todas las noches, distintas orquestas.

Sin embargo, las que el público más pedía eran la de Lucho Aránguiz y el Violín Gitano. Una situación similar se producía en el Nuria, en Agustinas casi esquina Mac Iver, con veladas hasta que las velas no ardían. A fines de los cincuenta, el panorama musical chileno estaba marcado por las llamadas "orquestas de salón". Paralelamente, el público más juvenil y recibía los primeras influencias yanquis de la mano del rock and roll, en la voz de Bill Halley, Little Richard y Elvis Presley.

En la memoria de toda una generación -y registrados en empolvados discos de vinilo- quedó el mambo, el cha cha cha y las rumbas. Para ellos las actuales modas musicales, como el sound, jamás podrá ponerle el pie encima al sabor y la calidad del ritmo de antaño.


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