La reacción no se hizo esperar. En Iquique, a fines de 1884, jóvenes vecinos de ese puerto nortino expresan el deseo de formar una agrupación similar. Tres años después, en el Santiago de 1887, conocidos músicos capitalinos organizaron la
Estudiantina Chilena, que iniciaría gira hacia el sur del país.
En diciembre de 1888, jóvenes de la sociedad del puerto de Valparaíso, bajo la dirección del bandurrista español, Manuel González, posiblemente llegado con la Fígaro, fundaron la
Estudiantina Porteña, la cual, con sus 9 bandurrias, 3 guitarras, 1 violín y un violoncello, emprendieron activa labor itinerante lo que motivó la formación de grupos similares en las ciudades que fue visitando.
Así el influjo inicial de la
Fígaro, primero, y luego la labor itinerante de la Porteña fueron dejando una estela fundacional de nuevas agrupaciones como la
Estudiantina de Señoritas, (Santiago, junio de 1889), la cual, posiblemente sería la primera agrupación femenina organizada en el país. Curioso para una expresión tradicionalmente de hombres, pero esto no es de extrañar, ya que en 1886, tres años antes, ya existía en Perú la
Estudiantina Femenina de Lima y en 1890 ya se sabía de la
Estudiantina Quetzalteca, integrada por señoritas de Quetzaltenango, Guatemala.

Hacia, julio de 1889, se organizó la
Estudiantina Orfeo, de San Felipe. Hasta ese momento estas agrupaciones se expresaban solo instrumentalmente. Dos meses después, surge la
Estudiantina del Circulo Español de Valparaíso, que hace el aporte coreado. El sonido orquestal de bandurrias era el predominante, pero con el nacimiento en la capital de la
Estudiantina Santiago, con sus 7 mandolinas, 5 guitarras, un violín y un violoncelo, y dirigida por el violinista italiano
Carlos Zorzi, se enriquece el ambiente con el sonido orquestal de mandolinas.
En los años siguientes se desencadenó en las provincias del país la sucesiva formación de agrupaciones, al estilo de la
Fígaro. Surge la
Estudiantina Española de Iquique (1890) que dará origen al
Casino Español, aun vigente, en esa ciudad; la
Estudiantina del Club Gimnástico de Santiago (1890); la
Estudiantina femenina de las Srtas. Rosa Salinas y las hermanas Tagle Salinas, de Santiago (1896); la
Estudiantina Salamanca de Valparaíso(1890) y la
Estudiantina Penquista de Concepción (1892). En el marco de las celebraciones de los 400 años de la llegada de Colón a América (1892), se funda la
Estudiantina "La Lira" del Ateneo Filarmónico Español de Talca y la
Estudiantina del Orfeón Español de Concepción y la
Estudiantina Española "Julián Gayarre de Chillán. Por estos años, se sabe de una nueva iniciativa del músico
Dionisio Granados, el fundador de la Fígaro: junto al maestro Orós había organizado la
Estudiantina Pignatelli, en Madrid.
En 1894 llega al país el músico madrileño
Joaquín Zamacois Zavala, el cual destacó como profesor de bandurria, y formador de estudiantinas como la
Estudiantina Española de Santiago (1894) y la
Estudiantina Española Gaztambide, de Santiago (1896). También funciona la
Estudiantina de la Sociedad Musical de Talcahuano (1897).

A partir de 1893, con el decreto de la enseñanza musical obligatoria en las escuelas, se popularizaron los instrumentos de púa y los profesores intentan satisfacer la demanda docente publicando sus métodos de bandurria. En 1985, cuando ya circulaba en el país el método del del guitarrista español Tomas Damas y el director de la
Estudiantina de Artesanos de Valparaíso, Tomas Valdecanto, Joaquín Zamacois publica el suyo que titula
Método completo de bandurria, melódico progresivo; >Manuel Ramos, director de la
Estudiantina Española del Centro de Ilustración y Recreo, lo publica en 1899 (incorporando la novedad del laúd español; y Carlos Zorzi en 1900.
A fin de siglo, tanto era el auge de esta agrupación que la capital se conmocionó con la presencia en sus calles de la
Gran Estudiantina Española la cual, integrada por 48 miembros y una veintena de postulantes, recorrió los sectores céntricos recogiendo ayuda para los damnificados de los temporales del invierno de 1899.