La Revista Musical Chilena ha identificado como sus principales áreas de interés, la cultura musical de Chile, considerando tanto los aspectos musicales propiamente tales, como el marco histórico y sociocultural, desde la perspectiva de la musicología y de otras disciplinas relacionadas. Incorpora contenidos vinculados a compositores, ejecutantes e instrumentos de la música de arte, folclórica, popular urbana e indígena, al igual que artículos atinentes a manuscritos, investigadores, aspectos teóricos y modelos musicológicos, además de nuevos enfoques de la musicología como disciplina, tanto en Chile como en América Latina.
Haya tendido hacia el decaímiento, o haya logrado vislumbrar su camino de recuperación; será una duda para siempre irresoluta. El golpe de Estado efectuado por las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 interrumpió violentamente no sólo el desarrollo de la Nueva Canción sino que de toda tendencia artística desarrollada entonces en Chile. Las consecuencias de ese quiebre tardaron décadas en evaluarse a cabalidad y acaso aún no puedan comprenderse del todo.
Las pérdidas más incomprensibles fueron, por cierto, las humanas. Cinco días después del asalto a la Moneda, el cuerpo sin vida de Víctor Jara fue reconocido por su viuda en una morgue de Santiago. El cantautor había sido detenido en la Universidad Técnica del Estado, su lugar de trabajo, y trasladado junto a otros miles de prisioneros al Estadio Chile, donde fue asesinado sin que hasta ahora se hayan identificado testigos ni culpables del crimen.
Angel Parra pasó los primeros días después del Golpe apiñado junto a otros miles en el Estadio Nacional, el mayor centro de detención instalado por la incipiente dictadura. Luego se le trasladó a Chacabuco y de ahí al exilio a México y posteriormente, París. No pocos cantantes siguieron su suerte. Quilapayún e Inti-Illimani se encontraban de gira en Europa para septiembre del 73 y no pudieron regresar al país hasta muy avanzada la administración militar. Gente como Isabel Parra, Patricio Manns y "Payo" Grondona partieron al poco tiempo al exilio.
Forzados por las circunstancias, los responsables de la Nueva Canción intentaron continuar con su desarrollo en el extranjero, aunque en general de modo disgregado y en una cultura ajena que motivaba antes la nostalgia que la reivindicación de sus ideas. El destierro le permitió a algunos enriquecer sus referentes y alejarse al fin del tono contingente, pero para otros constituyó un cierre definitivo de su labor creativa. El desarrollo de esas particulares experiencias merece, por lo tanto, un análisis más unitario que colectivo, pese a las numerosas publicaciones y conciertos internacionales que ocuparon a estos artistas, aún inspirados para componer desde Europa auténticos himnos de tan doloroso período como "Vuelvo" de Horacio Salinas y Patricio Manns o "Ni toda la tierra entera" de Isabel Parra.