LA FIESTA DE LA TIRANA

EL BAILE DE LA TIRANA



Los protagonistas de esta celebración son los bailes religiosos. Están formados por más de un centenar de cofradías encargadas de bailar durante toda la fiesta, en forma programada e ininterrumpida.

La Tirana es un pequeño y tranquilo pueblito en el que, cada 16 de julio, se celebra el día de la Virgen del Carmen con una grandiosa fiesta que atrae a miles de visitantes y fieles. Durante los días 12 y 17 el lugar sufre una completa metamorfosis en donde creyentes dedican música, baile y ofrendas a su patrona la Virgen. Espectáculo extraordinario y único en el país.

Los "bailes chinos" llegan en camiones, buses, camionetas, autos y algunos a pie, porque quieren pagar sus mandas. Otros se arrastran arrodillados desde la entrada del pueblo, con las rodillas sangrantes, ayudados por parientes o voluntarios de la Defensa Civil y la Cruz Roja chilena.

Un sinúmero de tiendas, negocios y locales improvisados para pasar la noche llena las calles del pueblo. La plaza frente a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana, y la imagen venerada de la madre de Jesús, han sido debidamente adornadas para las festividades. El Obispo de Iquique viaja cada año a realizar una misa solemne en el lugar.

Los grupos de baile de La Tirana ensayan todo el año sus coreografías, elaboran con cariño y dedicación sus trajes y sus máscaras, las que evidentemente son interpretaciones de máscaras del carnaval chino. Se sabe que numerosos chinos fueron traídos por las empresas salitreras inglesas para trabajar en la pampa y ellos trajeron consigo su carnaval. Los "bailes" se llaman "bailes chinos" en la lengua popular del norte.

Cada baile consta de un número no superior a 20 personas, dirigidas por un líder que lleva la máscara que identifica al grupo. Sea esta un lobo, un diablo o una máscara de fantasía. Los trajes están completamente bordados con figuras como pájaros y cada dibujo o bordado tiene una carácter simbólico. Estos bailes danzan en la gran explanada frente a la iglesia de La Tirana, que fuera construída, según la leyenda, en la tumba de los amantes que fueron asaeteados en ese lugar. Los bailes son acompañados por tambores y trompetas, lo que transforma a la plaza en un multicolor y atronador espectáculo que es observado por miles de curiosos y turistas que llegan cada año especialmente a presenciar los homenajes a la Virgen.