EL CANTO MEDIATIZADO

INTRODUCCIÓN



Este artículo, de carácter historiográfico y analítico, pretende aportar desde la esfera de la musicología chilena a la reflexión en torno a los procesos de mediación de la música, en especial aquellos surgidos a partir de la grabación eléctrica del sonido. Para ello, se revisarán los efectos de la mediación tecnológica en la producción, interpretación y audición musical, la relación de los nuevos inventos de grabación y reproducción sonora con las prácticas sociales y musicales existentes y las características y relaciones de la industria discográfica y radial. Finalmente, se contrastan dos casos de canto mediatizado en el bolero, el de Juan Arvizu y el de Lucho Gatica.

La mediación de la música, junto con constituirse en sustituto de la escritura en cuanto a comunicación y preservación de la obra, ha servido también de base para una estrategia analítica y práctica composicional, permitiendo parte importante del desarrollo experimentado por la música popular en el siglo XX. La captura de las líneas de la textura sonora en diferentes pistas permite armar y desarmar el tejido musical, con las consiguientes implicancias analítico performativas que esto tiene para la creación aural y/o colectiva. Cuando Los Beatles comenzaron a componer en el estudio, cambió para siempre el rumbo de la música popular en Occidente.

Al mismo tiempo, la práctica musical se ha re-espacializado y destemporalizado, pues los músicos pueden grabar desde distintos lugares y en diferentes momentos: el producto final recaerá en la edición o mezcla. Asimismo, mediante la digitalización y el sampling, el músico de fines del siglo XX puede reutilizar y manipular todo lo que ha sido grabado, y desde internet el usuario puede tener acceso a toda la música grabada en el mundo desde fines del siglo XIX que esté en formatos vigentes.

La audición musical tampoco es la misma desde la masificación de los aparatos reproductores de sonido, y su transformación ha modificado la propia obra musical. Primero fue la entrada de la música de concierto y profesional al espacio doméstico, con los consiguientes cambios de sentido que esto produjo en la obra al ser escuchada en la privacidad e informalidad del hogar. Luego fue la capacidad del auditor de influir sobre la dinámica, volumen, ecualización, espacialidad y temporalidad de la música, mediante la ubicación y balance de los altavoces, el uso de los controles del reproductor de casete (play, stop, pause, rewind y fast forward) y de disco compacto (search, skip), sin olvidar el control de las revoluciones por minuto del tocadiscos, con sus graduaciones de pitch (sonido).