La Revista Musical Chilena ha identificado como sus principales áreas de interés, la cultura musical de Chile, considerando tanto los aspectos musicales propiamente tales, como el marco histórico y sociocultural, desde la perspectiva de la musicología y de otras disciplinas relacionadas. Incorpora contenidos vinculados a compositores, ejecutantes e instrumentos de la música de arte, folclórica, popular urbana e indígena, al igual que artículos atinentes a manuscritos, investigadores, aspectos teóricos y modelos musicológicos, además de nuevos enfoques de la musicología como disciplina, tanto en Chile como en América Latina.
El primer himno nacional de Chile
El compositor Manuel Robles y el poeta Bernardo de Vera y Pintado cumplieron con este cometido y su Canción Nacional se estrenó el 20 de agosto de 1820 en el teatro de Domingo Arteaga, en Compañía esquina de Plazuela O'Higgins, aunque según algunos historiadores ya se había tocado y cantado en las fiestas de septiembre de 1819. Seguir leyendo...
Chile bien vale una manda
Según un estudio reciente, el 68 por ciento de los peregrinos a santuarios no participa formalmente de la Iglesia Católica. Practican una piedad popular en donde las mandas y los bailes son más relevantes que la doctrina.
Ese swing en Chile
Pero la guardia vieja puede ser igualmente atractiva para nuevos músicos, y desde hace cuatro meses el tubista Cristián Álvarez es uno de los benjamines de la banda que más se enorgullece de ir a la retaguardia en el jazz local. No es lo único: tanto de gente enamorada de la escuela más tradicional como de jóvenes interesados en la raíz latinoamericana, en Víctor Jara o en Silvio Rodríguez está poblado el circuito del jazz activo en Chile. Seguir leyendo...
La voz de los niños huilliches
Oscar Gacitúa: un gran intérprete
Oscar Gacitúa. La nómina de pianistas chilenos que han puesto fin a sus días es bastante aterradora.
Sus interpretaciones siempre tenían lo que los músicos llamamos un poderoso ángel. Esto es, a través de la música desarrollaba una notable capacidad de comunicación con el auditorio.
Después que llegué a Santiago, en 1964, lo conocí personalmente y trabajó junto a nosotros en diversos proyectos en la Universidad Católica. Más allá de tocar conciertos, participaba también en música de cámara, en estreno de obras modernas y en diversas agrupaciones. Sin embargo, son para mí imborrables sus actuaciones junto a nosotros en el Concierto Nº 21 de Mozart, el Nº 1 y Nº 2 de Chopin, en los cuales era insuperable. Seguir leyendo...