COMO UNA HISTORIA

QUILAPAYÚN



La Peña de los Parra es el detonante para la creación de variadas, y algunas variopintas, serie de peñas que ya funcionaban por todos lados, sobre todo en los ambientes universitarios. En una de estas peñas, en la de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso, durante una actuación de Víctor Jara se acercaron a él cuatro jóvenes que habían creado un grupo musical, que acababa de ganar un concurso de folklore en Viña del Mar. Se hacían llamar Quilapayún (en lengua mapuche, tres barbas). Eduardo Carrasco, su hermano Julio Numhauser y Patricio Castillo pidieron a Víctor que dirigiera el grupo.

EDUARDO CARRASCO: Estábamos atravesando un periodo difícil, por el periodo de los comienzos. Teníamos un repertorio muy escaso de canciones. Entonces se nos ocurrió la idea de que a lo mejor podríamos trabajar juntos con Víctor, que él podría aportarnos mucho, y allí mismo se lo planteamos. Al final aceptó y comenzamos a trabajar juntos.

En el aspecto musical el aporte de Jara fue muy importante: por un lado, porque empezamos a trabajar en serio y, por otro porque fuimos forjando el estilo de nuestro canto. También fue importante el aporte escénico, como director teatral de gran experiencia. Prestaba gran atención a la presentación del conjunto, los movimientos arriba del escenario, las plásticas de los solistas. Quilapayún le debe en sumo grado su expresividad y colorido escénico.


Fue por mediación de Víctor Jara que Quilapayún grabó su primer LP. Este disco tuvo que sufrir la salida de uno de los miembros del grupo; que en un principio fue sustituido por el propio Víctor Jara hasta la inclusión de Carlos Quezada, así la voz y guitarra de Víctor quedó confundida con el grupo en este primer disco de Quilapayún. También fue Víctor Jara quien escribió su presentación:

Quilapayún nació por el simple anhelo de cantar. Nuestro canto busca entregarle a aquél que lo escucha, algo suyo, algo que a nosotros solo nos pertenece a medias. Elegimos el camino del folklore, porque es el único que nos lleva a cumplir nuestro objetivo. El filo frío de lo puramente técnico, lo rechazamos. El canto es esencialmente humano, brota de la naturaleza compleja del hombre y cae en los demás como la luz del sol o la lluvia, como un grito a su conciencia. Cada canción es un ciclo que posee su propia atmósfera y sentido y nosotros, en cada caso, hemos querido respetarlos. Frente a lo autóctono, buscamos recrear la belleza y la fuerza vernacular y frente a nuestras composiciones, nos sentimos libres en la forma musical y el contenido: por supuesto sin transgredir las normas rítmicas y musicales del canto popular. Nuestro repertorio va más allá de las fronteras de nuestro país, las fronteras de la música que consideramos NUESTRA son otras. Ofrecemos estas canciones con la esperanza de que nuestros propósitos tengan su confirmación en ustedes.

En este disco se incluían tres canciones de Víctor Jara: La cueca triste (compuesta con Eduardo Carrasco), Canción del minero y Somos pájaros libres (canción coral compuesta especialmente para el grupo).

Somos pájaros libres

Somos pájaros libres.
Hermano, es tarde ya.
¡Volemos a la cumbre!

¿Cuántos caminos recorre
El hombre sin descansar?
Y se muere en el camino
Sin hallar la libertad.

¿Cuántas veces en la noche
El soldado llorará?
Debe cumplir el mandato,
Le enseñaron a matar.

¿Hasta cuándo la pobreza
Se tiene que soportar?
El hambre es un pozo oscuro,
Tan profundo como el mar.

Yo no soy aquel que soy,
Yo soy aquel que será.
Si tengo las manos sucias
El viento las limpiará.

Al año siguiente Víctor Jara y Quilapayún publicaron conjuntamente el LP Canciones folklóricas de América. Este disco incluía, en su mayoría, canciones infantiles. Víctor participó como solista en varios de los temas y como compositor en dos de ellos: El conejí (con texto del poeta Carlos Prendes) y Gira, gira, girasol.

Gira, gira, girasol

Gira, gira girasol,
Gira, gira como el sol.
Trala, trala, trarilón,
Gira, gira como el sol.

Remolino de papel
Nueve puntas pueden ser.
Trala, trala, trarilén,
Nueve puntas de papel.

Soplando puedes juntar
La estrellita con el mar.
Trala, trala, trarilán,
Las estrellita con el mar.

Remolino, remolín,
A la luna quiere ir.
Trala, trala, trarilín,
A la luna quiere ir.

La colaboración entre Víctor Jara y Quilapayún fue recíproca y quedó plasmada en los discos de ambos hasta que Víctor Jara abandonó su cargo de director artístico del grupo, en 1969.