COMO UNA HISTORIA

AL ROJO VIVO



A principios de 1973, la situación de conflicto que vivía el país se había agudizado considerablemente. Para evitar el peligro de un golpe de estado, Allende había otorgado varias carteras ministeriales a algunos militares leales (o así los consideraba él).

La campaña para las elecciones municipales, fue un verdadero ataque frontal entre la UP y los grupos de derechas. Víctor Jara trabajó duramente para la candidata Eliana Aranibar. Junto a Inti-Illimani iban en un viejo autobús dando conciertos en fábricas, en plazas, mercados, escuelas...

El resultado de las elecciones despejó cualquier duda sobre el apoyo del pueblo a la UP: los resultados superaron a los de las anteriores elecciones. La derecha pasó a un ataque más frontal. Los escuadrones paramilitares de Patria y Libertad se desmandaron. Una de las primeras víctimas fue el obrero Roberto Ahumada, que fue abatido a tiros cuando participaba en una manifestación pacífica en contra del terrorismo y la violencia.

JOAN JARA: Víctor se sintió muy afectado por su muerte. Había visto al joven trabajar con gran entusiasmo y dedicación, había conocido a su esposa y a su familia y percibido la atmósfera que reinaba en su hogar. Imaginando sus pensamientos íntimos, Víctor escribió la canción "Cuando voy al trabajo" para Roberto Ahumada, una canción de amor con premonición de muerte. La canción también expresaba los sentimientos de Víctor.

Cuando voy al trabajo

Cuando voy al trabajo
Pienso en ti.
Por las calles del barrio
Pienso en ti.
Cuando miro los rostros
Tras el vidrio empañado,
Sin saber quienes son,
Dónde van:
Pienso en ti, mi vida,
Pienso en ti, en ti,
Compañera de mis días
Y del porvenir,
De las horas amargas
Y la dicha de poder vivir.
Laborando el comienzo
De una historia,
Sin saber el fin.

Cuando el turno termina
Y la tarde va
Estirando su sombra
Por el tijeral,
Y al volver de la obra,
Discutiendo entre amigos,
Razonando cuestiones
De este tiempo y destino:
Pienso en ti, mi vida,
Pienso en ti, en ti,
Compañera de mis días
Y del porvenir,
De las horas amargas
Y la dicha de poder vivir,
Laborando el comienzo
De una historia,
Sin saber el fin.

Cuando llego a la casa
Estás ahí
Y amarramos los sueños,
Laborando el comienzo
De una historia,
Sin saber el fin.

Por esa misma época Víctor trabajó intensamente en Los siete estados; un ballet diseñado y dirigido por Patricio Bunster con música de Celso Garrido Lecca y Víctor Jara. Una prometedora obra que nunca llegó a concluirse.

JOAN JARA: Era una importante obra larga que exigía la participación de muchos: Víctor, como compositor y en escena cantando; Inti-Illimani con su contribución a los arreglos musicales y también su participación en escena; Celso como principal compositor de la música; miembros de la Orquesta Sinfónica y desde luego la totalidad del Ballet Nacional. El director general era Patricio, al mismo tiempo autor y coreógrafo de todo el proyecto. Yo solía acudir a los ensayos. Por lo que vi de la coreografía y oí de la música a medida que se completaba, pensé que sería una obra maestra, la mejor que Patricio había creado y que la música era una nueva síntesis. El estreno se efectuaría en octubre de 1973.

Siete rejas

Siete rejas, siete llaves,
Siete ríos, siete mares.
Siete son los que te llevan,
Siete son los que te traen,
Siete son mis siete mares.

Que venga, que venga,
Que corra, que corra.
Mi valiente ha de volar,
Mi valiente ha de volar,
Mi valiente ha de volar.

Un valiente ya se acerca,
Un valiente ya se acerca.
Galopando siete mares
Buscando la fortaleza
Para desatar tus manos.
Siete llaves, siete rejas,
tu valiente romperá.

En junio Víctor Jara partió en una gira al Perú, invitado por el Instituto Nacional de Cultura. El día 29 de ese mes un regimiento de tanques al mando del coronel Roberto Souper cercó el Palacio de la Moneda. Los fascistas de Patria y Libertad salieron a la calle con la intención de anular cualquier resistencia popular. Pero para decepción de estos, el ejército fue leal al gobierno: el general Carlos Prats, que había sustituido a Schneider a la muerte de éste, dominó la situación en pocas horas. El resultado 22 muertos, entre ellos varios civiles. Cuando Víctor Jara se enteró en Perú de la noticia, suspendió la gira y regresó a Chile.

Vientos del pueblo

De nuevo quieren manchar
Mi tierra con sangre obrera
Los que hablan de libertad
Y tienen las manos negras,
Los que quieren dividir
A la madre de sus hijos
Y quieren reconstruir
La cruz que arrastrara Cristo.
Quieren ocultar la infamia
Que legaron desde siglos,
Pero el color de asesinos
No borrarán de su cara.
Ya fueron miles y miles
Los que entregaron su sangre
Y en caudales generosos
Multiplicaron los panes.

Ahora quiero vivir
Junto a mi hijo y mi hermano
La primavera que todos
Vamos construyendo a diario.
No me asusta la amenaza,
Patrones de la miseria,
La estrella de la esperanza
Continuará siendo nuestra.


"Vientos del pueblo me llaman,
Vientos del pueblo me llevan,
Me esparcen el corazón
Y me avientan la garganta".
Así cantará el poeta
Mientras el alma me suene,
Por los caminos del pueblo,
Desde ahora y para siempre.

A partir de entonces la situación se torno insostenible; las clases comodadas, unidas a la derecha más recalcitrante y apoyados por la CIA, intentaban paralizar el país por medio de disturbios, asesinatos, bombas y todo tipo de ataques terroristas. En ese momento Víctor Jara compuso una de sus últimas y más premonitorias canciones: Manifiesto.

JOAN JARA: Estaba tranquilo mientras trabajaba en la canción, introvertido y ensimismado. Le oía tararear suavemente en el taller mientras yo trabajaba en casa. A ratos se asomaba y me llamaba para que la escuchara. Aunque era bellísima, se me encogía el corazón al oírla. Sabía que Víctor estaba escribiendo su testamento.

Manifiesto

Yo no canto por cantar,
Ni por tener buena voz:
Canto porque la guitarra
Tiene sentido y razón,
Tiene corazón de tierra
Y alas de palomita,
Es como el agua bendita
Santigua glorias y penas.

Aquí se encajó mi canto
Como dijera Violeta,
Guitarra trabajadora
Con olor a primavera.
Que no es guitarra de ricos
Ni cosa que se parezca,
Mi canto es de los andamios
Para alcanzar las estrellas.
Que el canto tiene sentido
Cuando palpita en las venas
Del que morirá cantando
Las verdades verdaderas,
No las lisonjas fugaces
Ni las famas extranjeras
Sino el canto de una lonja
Hasta el fondo de la tierra.

Ahí donde llega todo
Y donde todo comienza,
Canto que ha sido valiente
Siempre será canción nueva.