FRAGMENTOS DE UN SUEÑO

ILUSIÓN Y FRACASO



LUCHO: En 1970, Salvador Allende fue elegido Presidente de Chile. ¿Qué significó para Uds., en lo personal, el gobierno de la Unidad Popular (UP)?

MARCELO: Para mí fueron tres años de maravilla. Yo no tenía una conciencia clara de lo que podía costarnos el proceso que entonces vivíamos, pero era una sucesión de experiencias emotivas, llamativas, en las que se expresaba un gran cariño colectivo. Lo que hacíamos día a día era apasionante. Yo me casé joven, en medio de ese período de ascenso, en medio de tantas cosas nuevas y hermosas. Yo me sentía respaldado por tantas cosas pequeñas. Mi primera hija, Nathalie, nació en medio de una creencia generalizada en el porvenir, en que el futuro del país comenzaba por la felicidad de los niños, etc.
Todas estas eran cosas que yo y los que me rodeaban considerábamos no sólo ciertas, sino que además nuestras. A pesar del desenlace horripilante, yo aún tengo el sabor de ese optimismo y de esa sensación de sentirse construyendo un futuro mejor.

JORGE: Para mí fue una experiencia fundamental. Cambió mi vida de una manera definitiva. Significó una experiencia extraordinaria en cuanto a la solidaridad con que se enfrentó, el sentimiento colectivo de amor por el prójimo, concepto que yo había conocido en mi infancia, pero que sólo entonces vi por primera vez en una manifestación masiva. Mi conclusión fundamental de esos años es que existe la posibilidad de una convivencia distinta y superior entre seres humanos. Yo la viví, y por lo tanto nunca dejaré de creer en ella.

LORO: Para mí fueron años que viví con una sensación de triunfo. Años de un proceso que yo sentí profundamente mío. El gobierno de la UP lo siento como la realización de una Utopía. Yo no fui ajeno a la generación del proceso, participé en los antecedentes inmediatos, tales como la reforma universitaria, y por lo tanto el gobierno de Allende fue una coronación.
Y fueron los años en que viví mis amores juveniles, que formaron la base de todo lo que hago, incluida mi música, años de un gran romanticismo. Creo que esa época es irrepetible. En esto, la historia es implacable y me siento privilegiado de haber participado en ese momento histórico en que creímos haber conquistado el cielo. Hubo mucho valor ético en la entrega total de tanta gente. Yo espero llevar siempre esta experiencia conmigo, ya que constituye un pilar grande de mi estructura anímica.

JOSÉ: En lo personal, yo recuerdo que mi padre estuvo desempleado durante el gobierno de la UP, sin embargo, fue muy entusiasta en su apoyo al proceso, ya que veía cambios positivos y participaba de la gran esperanza. Su segunda esposa, después de muchos años de tener una actividad exclusivamente doméstica, durante el gobierno de la UP se interesó por participar en las organizaciones de base, y esto enriqueció su relación con mi padre. El núcleo familiar fue afectado positivamente por la atmósfera entonces reinante.
Yo veo en esa experiencia la obra más alta realizada por los chilenos y por un gobierno dispuesto a cumplir con sus más legítimas aspiraciones. Los índices registrados durante los mil días de Allende son elocuentes: en la educación se alcanzó a un 99% de escolaridad básica, la producción se expandió al doble de la tasa histórica de los dos gobiernos anteriores y aún no ha sido superada por los bulliciosos "booms" económicos de la dictadura, así como la significación moral de la redistribución del ingreso nacional, las nacionalizaciones y la entrega a los campesinos de más de 5000 latifundios; y otras cosas como la disminución a mínimos históricos del desempleo, la mayor disposición de alimentos, de infraestructura para el cuidado de la salud, de libros, de libertad y democracia, en suma todo eso que caracteriza la voluntad del proyecto político de la UP.
Entre las condiciones positivas para el cambio en Chile estaban la ausencia de conflictos raciales o religiosos, el bajo grado de analfabetismo, y la existencia de un sistema de educación bastante desarrollado que permitía un buen nivel de discusión política a todo nivel de la sociedad.
Pero permíteme agregar algo acerca de esa frase que los chilenos repetimos tanto: "los 140 años de vida institucional casi ininterrumpida", con la que buscamos diferenciarnos de otros países latinoamericanos, donde los golpes de Estado son tan frecuentes como las fiestas de onomástico. Pero no hay que olvidar que Chile se conmovió con la guerra civil de 1891, donde terratenientes y banqueros nacionales, sostenidos por intereses británicos y alemanes, derrocaron al presidente Balmaceda, que planteaba la nacionalización de los yacimientos minerales. Desde 1857 hubo una guerra contra el pueblo mapuche, que había resistido por trescientos años a los españoles. Las campañas militares duraron 25 años y era la primera vez que se empleaba a las fuerzas armadas para prácticas represivas. Desde entonces, los cronistas contabilizan más de treinta matanzas de carácter masivo. Agrega los golpes de Estado de 1924 y 1925, la dictadura militar de 1927 a 1931 y la traición de González Videla, que desató la represión contra el PC y el movimiento obrero en 1948.

JORGE: Quisiera recalcar que había una autonomía en el desarrollo de la izquierda chilena que tenía un carácter hasta dramático, ya que el movimiento obrero revolucionario había desarrollado mecanismos propios de formación cultural de sus cuadros, por caminos totalmente ajenos a los seguidos por las capas medias. Muchos altos dirigentes del movimiento obrero y de los partidos marxistas habían entrado a militar muy jóvenes, con un mínimo grado de escolaridad y de allí en adelante sus partidos y sindicatos los habían formado totalmente. En Italia, por ejemplo, tú ves como los dirigentes de los distintos partidos comparten un considerable trasfondo cultural, ya que se han formado a través de los mismos canales educativos. En Chile, la separación era obvia.

LUCHO: Analizar críticamente la experiencia de la UP implica, para mí, asumir la cuota de responsabilidad que me cabe.

JORGE: Por supuesto. Estimo necesario explicitar tres cuestiones: Primero, que, por identificarnos con la izquierda, a nosotros nos interesa analizar nuestras debilidades y errores a objeto de superarlos. Sin embargo, el hecho de que aquí nos concentremos en esta temática no implica un olvido de la situación actual en Chile. Nosotros condenamos enérgicamente no sólo los crímenes de la dictadura, sino que su propia existencia. Acusamos a todos aquellos que propiciaron, financiaron y apoyaron el golpe de Estado y la destrucción de la democracia. Los culpables de la tragedia de Chile son el gobierno de los Estados Unidos y sus agencias, los grupos social y económicamente dominantes en nuestro país y todos aquellos que en la práctica apoyaron el golpe de Estado y han continuado alentando a la dictadura.
Segundo, que nosotros creemos necesario debatir los grandes temas de nuestra generación, sin embargo no olvidamos que en Chile, así como en otros países, los problemas candentes para grandes grupos sociales son de una naturaleza mucho más simple y brutal: hay arbitrariedad, desempleo masivo, hambre, represión, tortura.
En tercer lugar, quiero decir que a nosotros sólo nos interesa el análisis crítico constructivo, desde posiciones comprometidas, entendiendo que las debilidades de la UP no fueron sino la suma de las debilidades de sus partidarios. La situación actual chilena exige posiciones autocríticas de todos aquellos que alguna vez creyeron genuinamente en el proceso democrático. Ciertamente, nosotros asumimos nuestras responsabilidades y es por eso que queremos discutir el tema. Echarle tierra a nuestros errores sería un crimen y un flaco servicio a las nuevas y futuras generaciones.

LUCHO: Hace algunos años leí un libro que apareció en inglés con un título similar a "Autocrítica de los dirigentes de la Unidad Popular". Leí más de la mitad del libro sin encontrar autocrítica alguna, sólo autojustificaciones y autoelogios.

MARCELO: Tal como hubo gente que no quiso discutir las divisiones internas de la UP, creyendo que así la fortalecían, ha habido otros que se han negado a ver sus propios errores. El problema es que por ese camino sólo se llega al autoengaño y a la esterilidad.

JORGE: Yo creo que la Unidad Popular fracasó por falta de una dirección política única, firme, decidida y clara. Pienso además, que Allende fue demasiado respetuoso de la independencia de los distintos partidos integrantes de la coalición. No hizo valer el peso de su enorme prestigio y autoridad e incluso se abstuvo de jugar un papel más decisivo dentro de su propio partido. Por otro lado, nos faltó la inteligencia de comprender que la UP, para triunfar, necesitaba ampliar su base social, no sólo a través de algún entendimiento con la Democracia Cristiana, cosa que tardíamente se trató de hacer, sino que incluso más allá de ella.
En toda coalición hay sectores con intereses diferentes que deben ser representados, ya que de otra manera pierden su identidad. Creo que la UP debería haber hecho mucho más por retener el apoyo de sectores medios que, habiendo integrado inicialmente la coalición y a través de un proceso complejo, llegaron finalmente a marginarse de ella. Y habría que agregar que el PC prefirió dedicar grandes esfuerzos a mantener la fachada de la UP en lugar de tratar de fortalecer su esencia. Se trató de mantener una apariencia de unidad a costa de no enfrentar el problema de la división en el seno de la izquierda.
Pero un factor fundamental en el fracaso fue que nosotros no creíamos realmente en la democracia entonces existente en Chile. La considerábamos formal y, en alguna medida, no la respetábamos, no nos dábamos cuenta del valor enorme que tenía. Si hubiéramos creído en ella, habríamos podido resolver democráticamente tanto los problemas internos de la UP como los problemas de la alianza con otros sectores.
Fuimos poco conscientes de que la democracia chilena era un resultado de un siglo y medio de desarrollo institucional y de muchos decenios de lucha de la propia izquierda y del movimiento obrero. No era un regalo de nadie. Sin embargo, tendimos a considerarla una camisa de fuerza más que una conquista y una herramienta fundamental de cambio. No hay que tenerle miedo a la democracia, menos aún cuando nosotros mismos hemos peleado por ella.

MARCELO: La UP creó militantes, pero el resto de la población era vista como adversarios. Nuestra propia visión de la situación política contribuyó a la polarización que se produjo, con funestos resultados. Tendimos a exigir de todos una actitud militante, lo que era irracional.

LUCHO: ¿Piensan Uds. que un problema central fue que la UP habló a nombre del pueblo y actuó como si representara a la mayoría cuando nunca llegó realmente a serlo?

JORGE: Se puede decir que el programa de la UP representaba objetivamente los intereses de la mayoría de las clases populares y en ese sentido es legítimo hablar de pueblo, pero aplicamos mal, en forma restringida, nuestro propio programa. De aquí que muchos no se sintieran representados.

MARCELO: Muchos gobiernos hablaron en nombre del pueblo sin tener ni siquiera ese apoyo. El problema fue que nuestro lenguaje no se amplió. No crecimos en nuestra concepción del proceso ni en nuestra base social.

JOSÉ: La subsistencia del gobierno no hubiera sido posible con el sólo apoyo de los allendistas. Tampoco hubieran sido posibles el salto económico que las estadísticas atestiguan y que sólo pudo ser el fruto de una movilización amplísima, como tampoco el funcionamiento y el aumento de la producción de la gran minería, que tuvo que salvar el problema de la escasez de repuestos y el deterioro técnico que promovieron los yanquis antes de irse. ¿Cómo pudo funcionar el país durante el paro de los camioneros en octubre del 72, que duró casi un mes?. Yo no creo que hayamos estado solos para detener el mercado negro y la especulación. Todo esto ejemplifica la acción y la entrega de los organismos de base, que reunía a gente de todo el arco democrático. El establishment norteamericano no tuvo miramientos morales. Donde pudo, usó el soborno, el embargo, la manipulación negativa del precio del cobre en el mercado internacional, pagó asesinatos de generales respetuosos de la democracia y otras cosas que están reconocidas en documentos de la CIA, de las empresas transnacionales y del Senado norteamericano.
En las elecciones legislativas de marzo de 1973, la reacción vio frustradas sus aspiraciones de elegir un número suficiente de diputados como para declarar la ilegalidad del gobierno popular y procedió a quemar sus naves, llamando descaradamente a usar todos los medios para conseguir la muerte de la democracia. Sólo entonces se puede aceptar que, sumadas las debilidades y errores nuestros, hayamos perdido el apoyo de las capas medias, es decir, al verse mellada la autoridad del gobierno.

JORGE: Si hubiéramos tomado en serio el programa de gobierno de Tomic, el candidato demócratacristiano, si hubiéramos respondido a la actitud positiva que algunos dirigentes y muchísimos miembros de su partido expresaron en los primeros meses del gobierno, tal vez las cosas habrían tenido un desenlace diferente. Tuvimos, sin embargo, una actitud de arrogancia y la fiebre revolucionarista nos cegó a aspectos fundamentales de la realidad. El problema fue hablar a nombre del pueblo y, al mismo tiempo, excluir a la Democracia Cristiana y a otros sectores de centro.
En mi opinión, la UP fue derrotada políticamente y eso llevó directamente a su derrota en todos los terrenos. A mí no me entusiasman los análisis exclusivamente militares. Si hubiéramos tenido mayor apoyo social, las fuerzas armadas no habrían intervenido. La suerte de la UP no estaba determinada de antemano; el golpe no era inevitable.

LUCHO: Me parece que si la gente no se siente representada por un proyecto, no se gana nada con insistir en que "objetivamente" sus intereses estarían siendo representados.

JOSÉ: Tu afirmación es complicada, pero me ayuda a recordar la situación que vivieron muchos comerciantes de barrio durante la UP. Con el aumento del poder adquisitivo de la población pudieron vender como nunca antes y, me atrevo a decir, como nunca después, pero a pesar de ser favorecidos por esta política, fueron fácilmente proclives a oponerse al gobierno a través de la especulación, el acaparamiento o el mercado negro. ¿Por qué?. Todos comentaron el milagro que se produjo al día siguiente del golpe militar: reaparecieron todos los artículos que era difícil encontrar hasta dos días antes en las tiendas. En cuanto a lo subjetivo y lo objetivo, parto de la base de que el ser humano tiende a ciertos valores comunes: libertad, dignidad, educación, amor, fraternidad, trabajo, que en conjunto dan la posibilidad de vivir naciendo.
Yo no considero la inteligencia y otras propiedades del ser humano como algo invariable. La conciencia supone la perpetua transformación de lo desconocido en conocido y de la debilidad en fuerza. Todo ser humano es así potencialmente una fuente inagotable de posibilidades. Además, una actitud o un argumento de cambios debe hacer frente a siglos de conceptos, prejuicios y mitos conservadores, debe remover la raíz de la costumbre, la resignación y la ignorancia y debe medirse, en una contienda titánica y paciente contra la pobreza ética que la sociedad capitalista promueve a través de sus incontables medios de comunicación.
Ni la UP ni la DC midieron las consecuencias del descuido de no sumar fuerzas para democratizar el sistema. El gobierno popular no logró hacer efectiva la democracia en las esferas decisivas, eliminando de raíz los privilegios de los monopolios y su poder político y poniendo los aparatos del Estado en una relación aún más directa con los organismos de base y las instituciones civiles. Por ello, sus avances y éxitos, aunque meritorios, fueron insuficientes.
Uno de nuestros errores de apreciación consistió en que creímos habernos ensanchado, crecido en nuestra base social con la incorporación de algunos partidos de las capas medias. Pero la verdad fue que, al unirse a la izquierda, estas fuerzas tenían una base muy reducida. En 1964 la izquierda obtuvo el 39% de los sufragios en las elecciones presidenciales. En 1970, cuando creíamos haber crecido, obtuvimos poco menos del 37%.

JORGE: Y no cabe duda de que no reconocimos los aspectos positivos del gobierno demócratacristiano de Frei. Este tuvo logros importantísimos, inició la reforma agraria, dio origen a la sindicalización masiva del campesinado... cosas que discutimos en una conversación anterior. Hubo una buena dosis de sectarismo en las filas de la izquierda. No hicimos política de manera revolucionaria, rompiendo con la rigidez ideológica preexistente.
Creo que, a pesar de los errores de la UP, los verdaderos culpables del golpe de Estado fueron los que sólo creyeron en la democracia mientras les favoreció. Me refiero especialmente a la dirigencia derechista de la DC que apoyó el golpe de Estado. Su responsabilidad histórica es infinitamente mayor que la de la UP en cuanto a la destrucción del sistema democrático en Chile. Yo veo que en las filas de la UP ha crecido, lentamente y con dificultades, un enfoque autocrítico, pero no hemos visto ni el menor atisbo equivalente en las filas de la derecha demócratacristiana. Siguen adoptando una actitud cínica y santurrona.

MARCELO: Esos sectores hicieron un cálculo frío y sangriento, con la esperanza de recuperar el poder en un plazo breve. Ellos fueron doblemente derrotados, ya que no sólo contribuyeron a destruir lo que decían venerar, sino que, además, vieron frustradas sus esperanzas de beneficiarse como resultado.

LUCHO: Pasando a otro factor, quisiera señalar que la izquierda siempre fue fuerte entre los artistas y escritores, pero su fuerza fue mucho menor entre los profesionales del área técnica.

JORGE: Sí. El apoyo técnico es vital en cualquier proceso de cambios. Un movimiento que cuenta con la oposición de aquellos que poseen las armas del saber, sobre todo en los terrenos de la producción, las comunicaciones, el transporte, etc. está a merced de un poder gigantesco. Pienso que algo se ha avanzado en la izquierda en la comprensión de estos problemas, pero seguimos subvalorando su trascendencia.

MAX: Creo que, además, nos faltó habernos interesado en el estudio de la historia de otros procesos similares. Yo eso lo veo como una debilidad importante mía. Cuando he conocido experiencias de otros países que han sufrido regímenes fascistas me he dado cuenta de que hay elementos comunes de los que que deberíamos haber estado conscientes.

LUCHO: ¿Piensan Uds. que un factor mayor de la catástrofe fue que la UP ignoró sistemáticamente las leyes objetivas de la economía capitalista?

JORGE: Pienso que tanto el aspecto económico como el militar se subordinan al factor político. Si hubiéramos resuelto el último, se habrían resuelto con cierta facilidad los primeros. Muchos gobiernos fracasaron económicamente en Chile y no por eso terminaron a sangre y fuego. Poner el acento en lo económico o en lo militar, tiende a subvalorar lo político y a eludir, así, el problema de fondo. Había una esquizofrenia económica en la izquierda, pero se subordinaba al problema político. Yo no creo que la UP haya ido demasiado lejos, sino que nos faltó hacer política de una manera nueva.

JOSÉ: Hay que considerar que la política económica de la UP se proponía una reestructuración total del aparato económico vigente, como condición de su política general claramente orientada a conseguir una situación independiente y democrática. Ya a la altura del 70 se hizo insostenible la crisis estructural del Estado, cuya economía se veía caracterizada por una inflación crónica, una estagnación del desarrollo económico, la industria era incapaz de trabajar a niveles normales de su capacidad instalada y era absolutamente dependiente en el plano tecnológico. Pero lo principal era la vinculación financiera profunda de las empresas transnacionales yanquis con los clanes financieros que se ligaba de mil formas al aparato estatal y controlaba la totalidad del proceso económico.
El gobierno se abocó a resolver este desequilibrio a través de nacionalizaciones y estatizaciones de las empresas estratégicas y otras medidas tales como la reforma agraria. Hizo un esfuerzo loable por superar la costra burocrática y poner los órganos estatales a disposición de las instituciones civiles y organismos de masa. En los dos primeros años del gobierno, fue determinante la pasión por estos cambios, que en sus líneas esenciales estaban contemplados en los proyectos políticos de la DC y de la UP, y los resultados de esos dos años son elocuentes y aleccionadores.
No creo que este sea el lugar más indicado para dar cifras estadísticas, pero estas han sido publicadas y revelan que hubo un auge increíble en la actividad productiva y económica nacional. Esto fue un tapabocas para la reacción, porque demostró que el país podía resolver sus más acuciantes problemas a través de un gobierno que abría la administración del país a la participación del pueblo. Por ello afirmo que esa obra de nuestro pueblo se engrandece al considerar que se llevó a cabo ante una arremetida gigantesca e implacable de sus adversarios. Me hace sentir orgullo de ese fuerza creadora de los trabajadores, procurando una vida más digna y una patria más libre y soberana.
De todas maneras hay que reconocer insuficiencias en nuestra valoración de los sectores medios, los errores económicos, la falta de planificación, manifestaciones de irresponsabilidad financiera en el manejo de las industrias del área social; se concilió con el oportunismo y reivindicacionismo desenfrenado, hubo hostilidad respecto de sectores profesionales y técnicos, la incorporación irreflexiva de pequeñas empresas no rentables al área social, etc. Tolerar estas acciones hizo sentir a las capas medias que sus intereses económicos estaban en peligro. Hubo, por otro lado, emisiones desorbitadas y un déficit fiscal desmedido. Estas brechas dieron agua a la especulación y al mercado negro.

MARCELO: A pesar de que se ha criticado su falta de decisión en cuanto a dar liderazgo a la izquierda, creo que la personalidad de Allende es una fuente imperecedera de inspiración para los sectores progresistas chilenos. Un hombre de una sola línea, cabalmente consecuente.

JORGE: Aquellos que nunca fueron allendistas deben tener hoy una sensación de pérdida. Y su memoria estará siempre ligada a la defensa intransigente de los intereses de los más desposeídos, sin haber jamás apoyado ni haber tomado posiciones equívocas acerca de crímenes contra el pueblo.

MAX: Allende es un héroe en las conciencias de los pueblos de muchos países. Sin duda en Italia, en México, en Cuba, en Ecuador todo el mundo lo conoce y se respeta su memoria.

LUCHO: Acaso el enfoque más constructivo que podemos darle a la experiencia de la Unidad Popular es el de tratar de determinar que nos faltó por saber, cuáles fueron los errores o vacíos en nuestra visión de la realidad que nos llevaron al fracaso, a objeto de corregirlos. José, ¿qué opinas tú?

JOSÉ: Yo parto por una inquietud existencial como chileno y latinoamericano. El golpe a mí me sacó de mis casillas, de mis parámetros de comprensión de la realidad. La izquierda había llegado a un climax cultural, de creatividad. Yo creo que hubo un salto cultural que puede ser la base sobre la que se superen, en el futuro, las incomprensiones y debilidades. Este gran salto lo vimos en el movimiento estudiantil, por ejemplo, con gran fuerza. Y de pronto todo se detuvo y hubo una caída catastrófica que generó dudas y preguntas desgarradoras. Pienso que debemos aprender a reconocernos como chilenos. Somos un pueblo enfermo, que va a necesitar grandes esfuerzos para volver a la razón. Más que un médico norteamericano, necesitamos un paciente con confianza en sí mismo.
Por estas razones, yo me he orientado a buscar algunas respuestas en la historia de América Latina. Me sorprendió, por ejemplo, enterarme de que la primera quema de libros en el continente, cuando todavía no era América ni latina, fue inmediatamente después de la conquista de México, cuando los españoles quemaron los Códices Mayas, que contenían la sabiduría de esa civilización. México era entonces el único país en América que estaba produciendo libros, escritos en corteza de árbol. De esos Códices sobrevivieron sólo tres a la quemazón, por supuesto bendecida. Ninguno de ellos está en México; uno está en Dresden, otro en Florencia y otro en los EEUU.
Allí estaba su visión del mundo, su organización, su historia. Neruda dice al respecto que "el humo que sube al cielo no vuelve". Y este es un gran peso sobre los latinoamericanos, por cuanto nunca tendremos la posibilidad de saber qué contenían esos libros. Se cerró una puerta del pasado que no nos permite saber del origen de una de nuestras tres sangres.
Nosotros estamos metidos en el medio de toda una estructura cultural multifacética, antiquísima, heterogénea, apasionante en América Latina y yo pienso que es fundamental rescatar los valores de esa cultura que tantas veces ha sido suprimida y reprimida. En la medida en que miramos en ese espejo interior, especialmente el elemento indígena de nuestro continente, aprendemos acerca de nosotros mismos, una serie de extraordinarios valores.
Las culturas andinas, por ejemplo, adoraban al sol... y tenían toda la razón de hacerlo, ya que es la fuente de la vida en la tierra. Se nos ha enseñado a ver estas manifestaciones de nuestra historia como curiosidades pintorescas, cuando en muchos casos puede que reflejen sabidurías perdidas que no hemos sido capaces de redescubrir.
Afortunadamente, algo de las viejas culturas americanas ha sobrevivido, y ahí debemos buscar los elementos superiores de nuestra propia cultura. Como decía Martí, "mientras el indio no se levante, América no va a caminar". Mientras no aprendamos a recuperar esa riqueza, sus valores humanos, nosotros no vamos a caminar. Las "mingas", por ejemplo, formas de trabajo comunitario, voluntario, para beneficio colectivo o individual, son tradiciones valiosísimas, que dan cohesión y continuidad a un grupo social.
La cultura campesina, sea indígena o mestiza, tiene una serie de valores éticos muy importantes, que nosotros no hemos sido capaces de extraer y proyectar hacia el futuro. El proceso de maduración de nuestras sociedades es muy lento. Hay culturas que coexisten, pero no se mezclan. En Ecuador hemos visto un mercado indígena y un mercado negro, geográficamente cercanos, pero dos mundos aparte en términos culturales. Hasta el lenguaje es diferente. Por otra parte, contribuye a las dificultades el enfrentamiento permanente entre los intereses de América Latina y los EEUU. Como decía Mariátegui, "los EEUU son una gran democracia, pero primero son un gran imperio".
Algo que surge de la Nueva Canción Chilena, y entre paréntesis, creo que es bien raro esto de ponerle "nuevo" a cualquier movimiento, una pretensión de eternidad absurda (risas), fue la intención de asomarse al resto del continente. Esto es particularmente importante para nosotros, chilenos, que somos un país de mestizos inmigrantes. Al conocer la cultura de Bolivia, Perú, descubrimos las matrices de la cultura del continente, y sin embargo también descubrimos el lugar desmedrado que ellas ocupan en esas sociedades. El grupo se enamoró de la música altiplánica por lo que tiene de mágico, por lo que aún tiene de ese humo que se fue y que ya no recuperamos, de todo ese silencio y obscuridad que hay en la historia precolombina del continente.
Creo que, a través de mi interés en estos temas, ahora comprendo mejor lo que debe haber sido el trauma de la conquista. Una época trágica. Nuestros días son terribles, la dictadura en Chile es algo que enloquece, sin embargo la conquista debe haber sido horrible. La imposición del esclavismo, la imposición de un Dios presentado como bueno, pero que les trajo incontables sufrimientos, la manera como se les envileció la vida a los indígenas, como se les transformó en animales... .Si sólo 45 o 50 años después de la conquista el Papa reconoce que los indios son seres humanos. Imagínate los derechos con que se sentían los españoles, qué importaba que hubiera niños, mujeres, viejos... debe haber sido un infierno. Imponer una cultura ajena, destruir y prohibir lo que era propio de nuestro continente... Es extraña la vida, ya que mientras eso ocurría en América, en Italia se desarrollaba el Renacimiento. Las nuevas riquezas saqueadas fueron la cuna de la hegemonía europea.
Uno busca como reforzar esa identidad latinoamericana. La literatura es la que logra meter la mano más a fondo, produciendo cosas maravillosas. Mucha gente dice que García Márquez es uno de tantos representantes de la narrativa campesina en Colombia.Tal vez por estas razones yo busco un lenguaje popular. Poco a poco he ido reivindicando elementos que dejé de lado por mucho tiempo, valores que se expresan en formas populares tales como el bolero, el cha-cha-chá, etc. donde encuentras modos de expresión de gran valor. El Buen Borincano, el Canto a la Pampa, entregan elementos de nuestra cultura que tenemos que rescatar, de respeto por el ser humano, de dignidad.
Estas cosas son despreciadas por mucha gente "culta". En Perú hemos aprendido que de la fusión de la música indígena y negra surgen expresiones también valiosísimas. Yo trato de buscar en esas fuentes. Creo que "Cándido" es un resultado de esta búsqueda y no es un tema fortuito, ya que yo mismo me siento cándido, pretendiendo subir escaleras de humo. He estado trabajando algunos textos de García Márquez tratando de buscar llaves esperanzadoras, de rearmar un rompecabezas que se vino abajo.
El problema a veces es cómo contar una cosa dramática sin que te cierren la puerta. Chico Buarque es particularmente talentoso en este sentido y sus textos me motivan mucho. "El otoño del patriarca" surge de un profundo estudio que García Márquez hizo de las dictaduras en Latinoamérica. Y es interesante que el pueblo aparece siempre esperanzado, listo para celebrar cualquier cambio, pero nada cambia. Un aspecto muy positivo de la cultura latinoamericana es la calidad de las relaciones humanas, algo que hasta en Italia se ha ido perdiendo, aún cuando algo queda en lugares como Cerdeña.

LUCHO: ¿Cuál crees tú que es la causa del deterioro en las relaciones interpersonales?

JOSÉ: Me parece que hay una aceptación creciente del individualismo y de vivir en torno a cuestiones materiales superfluas, cambiar el auto todos los años, jugar con las apariencias y encerrarse en una imagen falsa y remota. Yo te diré que no conozco a nadie de la gente que vive en el mismo edificio que yo. La gente no se relaciona. En América Latina, en cambio, somos más terrenales, más conscientes de nuestra mortalidad. El verbo tener, si no se le controla, deteriora la capacidad de vivir y la calidad de la vida. El concepto de "barrio" es muy nuestro. En Roma creo que quedan sólo dos barrios donde la gente se saluda, se conoce: el Testaccio y el Trastevere. En el resto de Roma todo es más formal; se le llama "palacios" a los edificios de departamentos (risas) y a las casas con patio se les llama "villa".
El sistema nos condiciona a ser entes del consumo. Nos quiere mudos, ciegos, sordos e ignorantes. Nos propone vivir matando al próximo competidor y, lo más grave, matando lo mejor que uno tiene de vital dentro de sí. Se tuercen los conceptos: los contras nicaragüenses se convierten en "combatientes por la Libertad"; se propone libre empresa en vez de hombre libre, competir en vez de compartir, caridad en vez de solidaridad. En nuestros países se ha usado el terror directamente para convertir la cobardía en "prudencia", para substituir la libertad por la "seguridad". Se castiga a los que dicen lo que piensan. Se impone a la fuerza la impunidad del poder, lo que induce a la pudrición general de las costumbres.
Hoy todo se convierte en dinero. Todo lo demás pierde importancia. Hay una pérdida de contacto con la vida natural. Es la primera vez que se produce una indiferencia tan ciega por el sustento. Y considero una violación tremenda el aplastamiento de las identidades culturales y la homogeneización forzada. Las anunciadoras de la TV en Japón tienen los ojos "hechos" a la occidental y el pelo rizado. Hay un culto a lo formal en todos los países desarrollados. En Singapur los supermarkets, los negocios fast-food y los edificios caracoles están acosando lo auténtico, lo histórico de esa región, su aporte a la cultura mundial.
A eso se une la impersonalidad cada vez mayor de las instituciones estatales. La enorme estructura burocrática nos aleja de las instancias de decisión. Todo eso se refleja en la resignación a los escándalos diarios, al decrecimiento de la capacidad de asombro y de reacción. A mucha gente le importa un bledo todo, aparte de ganar dinero con el mínimo esfuerzo. Hay que arreglárselas cada uno como pueda, porque a nadie le importa mucho lo que pasa.
Yo guardo esperanzas en la juventud que se resiste a contaminarse, a caer en el engaño de una felicidad de plástico. El hombre pierde su relación con los fenómenos vitales, pierde su concepto del sentido de la vida y su calidad, a menudo encerrándose en el juego de las apariencias o balanceándose en un monólogo existencial inaccesible.
La mujer está inmersa en el mundo de la gestación, es protagonista de la ley natural de la creación, luego tiende a mantener una relación más real, más directa, más necesaria con la vida y sus ciclos. Yo espero una gravitación más profunda y extensa de la cosmovisión de la mujer en el futuro. En los países del sur ha habido una proliferación de organizaciones de "mujeres por la vida", que luchan por sobrevivir con sus hijos cuando sus esposos se quiebran, desquiciados por el desempleo y las humillaciones que conlleva la miseria; son implacables en la exigencia de justicia por sus presos, sus familiares muertos y sus desaparecidos. Estos valores femeninos pueden desempeñar un papel importante en cambiar el mundo para mejor.

JORGE: Nosotros estábamos llenos de certezas y muchas de ellas se revelaron falsas. Creo que el proceso de maduración es natural y habría ocurrido con o sin el derrumbe de nuestras ilusiones. Toda persona responsable somete en algún momento a crítica su visión del mundo, tratando de eliminar dogmas.
A medida que yo avanzo en mi vida, voy echando de menos mi inocencia. Es como irse alejando de la naturaleza. Esto de ir modificando el medio ambiente, a menudo para peor, es parte de la naturaleza humana y va junto a la pérdida gradual de la espontaneidad. En esta medida, estamos condenados a la nostalgia, nostalgia de la niñez, de la adolescencia, de la simplicidad de nuestra comprensión temprana. La maduración es una constante generación de dudas. Yo me he aferrado a dos o tres certezas, pero he adquirido muchas dudas. Y puesto que no puedo conservar mi inocencia, he tratado de no perder la curiosidad... .¡y mañana cumplo 40 años! (risas).

MARCELO: La experiencia de la UP nos hizo encontrar muchas cosas entonces nuevas y apasionantes. Si el derrumbe de ese sueño nos dañó de una u otra manera, creo que en las mismas esperanzas que generó, en las vivencias enriquecedoras que trajo consigo, nos entregó una fuente de recursos para superar la crisis. Yo no me arrepiento de haber soñado ni de haberme ilusionado. Es preciso ajustar cuentas con nuestras debilidades y equivocaciones, pero en esos tres años de maravilla hemos encontrado y seguiremos encontrando las reservas morales y espirituales que nos guíen hacia las "grandes alamedas" (1).


NOTAS

(1) "... Sepan Uds. que, más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre a construir una sociedad mejor... "

(Últimas palabras del Presidente Allende, 11 de septiembre de 1973).