Ossa Guzmán, Isabel (2005)

Francisco Astorga
Francisco Astorga es uno de los muchos cultores del canto a lo divino en Chile, una forma de hacer música que mezcla la poesía con el ritmo y la evangelización, que se desarrolla en la zona central de nuestro país y que está muy lejos de desaparecer, gracias a la loable tarea que realizan hombres y mujeres como él.
Al son de guitarrones, rabeles, guitarras traspuestas y voces enardecidas, se ha desarrollado en Chile una de las expresiones literarias más importantes de la cultura popular: el canto en décimas a lo divino, una manifestación musical, religiosa y poética, que se ha convertido en un símbolo fundamental de la cultura tradicional campesina del Valle Central de Chile y que consiste en vigilias de oración, cantadas con ocasión de festividades religiosas. Nuestra literatura está llena de evocaciones de este tipo de música, que tiene su origen en la Edad Media española y que llegó a Chile durante la Conquista. Acevedo Hernández la rescató en sus dramas, Juan Uribe se dio a la tarea de coleccionarla y varios investigadores, como Fidel Sepúlveda y Manuel Danneman, han dedicado buena parte de sus vidas a recogerla y darle carácter de tradición escrita. Seguir leyendo...
Menanteau, Alvaro (2005)

Como intérprete de violín, Pablo Garrido integró el Trío Los Dodos en 1935, una de las primeras bandas de la escena nacional.
El 26 de marzo de 1905 nació, en Valparaíso, Oscar Pablo Garrido Vargas. Hijo de Evaristo, pintor, y de Margarita, profesora de música, el pequeño Pablo inició con su madre sus estudios de piano a los 3 años, los cuales se vieron alterados abruptamente en 1913, luego de un accidente en el cual perdió su pierna derecha. Según un condiscípulo del colegio MacKay "…bostezábamos en las clases de matemáticas. Un día Pablo se fijó en los números de un tranvía, sufrió un síncope y perdió una pierna. Fue una resta lamentable". El sentido práctico ante la vida que le inculcaron le llevó a reorientar su formación con el estudio del violín, al tiempo que incursionaba en la pintura de corte impresionista. De sus cuadros nunca más se supo, no así de su actividad musical y musicológica, la cual se prolongó por casi 60 años. Seguir leyendo...
El Mercurio de Santiago (2005)

La medicina mapuche de a poco gana un lugar entre los chilenos, que usan hierbas como el boldo para aliviar males hepáticos.
En pleno centro de Santiago, la farmacia Makewelawen -la única que vende remedios mapuches en la capital- pasa llena. "Vienen más huincas que mapuches", asegura Cecilia Ramírez, la químico farmacéutica que trabaja en el local desde que se inauguró el año pasado.
Las gotas de "uñoperken" para el colon irritable, de "pila pila" para la depresión y de "pichichellawen" para adelgazar son las más solicitadas, aunque Cecilia es clara al afirmar que su labor no es competir con la medicina occidental. "No decimos que no vayan al doctor. Nosotros complementamos la medicina común".
Pero algunos académicos van más allá que Cecilia. Para ellos, los conocimientos ancestrales del pueblo mapuche no sólo sirven como apoyo, sino que también son fuente de conocimientos invalorables que pueden lograr grandes beneficios en la lucha contra diversas enfermedades. Seguir leyendo...
Núñez, Leonardo - Torres, Amalia (2005)

Bernardo Cayupán no tiene problemas en salir a la calle con ropa mapuche y, junto a su familia, agradecer al Creador por sus logros en Santiago.
Ser discriminados ya no es su mayor preocupación. Sí lo es superar la pobreza y que las nuevas generaciones, cada vez más mimetizadas con los "huincas", preserven su cultura.
Desde el tercer piso de un block en la población Villa Cordillera de San Bernardo, los Cayupán dan la bienvenida a la noche con una canción.
Mientras Bernardo toca la trutruca, su hijo Iván (12) golpea el cultrún y canta en español: "Que se junten los mapuches/ que se junten los mapuches/ que conserven sus raíces…".
El sonido étnico se mezcla con una balada de Marco Antonio Solís que sale a todo volumen de la radio de unos vecinos. "Nadie reclama por nuestra música tampoco", dice Bernardo. "Y si alguien lo hiciera, seguiría tocando más fuerte porque estoy orgulloso de mi pueblo". Seguir leyendo...
Fuente: El Mercurio de Santiago
Bahamonde, Milena
En la cima de un cerro de Viña del Mar, en una avenida sencilla desde donde es posible ver cómo el sol se desdibuja en el mar, hay una casa suspendida -suspendida como un acorde en el jazz-, ahí, vive Francisco Cabrera o "Panchito" Cabrera o el Django Reinhardt chileno. A lo menos una vez a la semana viaja a la capital para los ensayos o conciertos con su conjunto (Santiago Hot Club). Tiene 73 años de edad y toca con la misma magia que a los quince o los veinte. Lo suyo es una pasión, una inexplicable pasión por la música y por el estilo del gitano Django Reinhardt. Cabrera es un monumento nacional a la guitarra, es el gurú del swing, el master de los masteres, sus interpretaciones son fábulas y tiene un sonido en guitarra que no lo saca nadie.
Durante toda la vida, "Panchito" Cabrera le ha seguido la pista al gitano Reinhardt pero solamente una vez visitó París y de recuerdo trajo una colección de grabaciones de lujo del Hot Club de Francia (de Django Reinhardt), con la carátula del mismo tono del disco; una pequeña réplica de la Torre Eiffel, y una guitarra como la de Reinhardt (que toca como los dioses). Seguir leyendo...
Fuente: www.musica.cl